La titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Ceuta tomó declaración ayer como investigados por al menos dos presuntos delitos de coacciones y conspiración para lesiones a los que podrían sumarse otros (daños, organización criminal...) al exconsejero de Sanidad del Ejecutivo local, Javier Guerrero, encarcelado desde enero por supuestos abusos sexuales de menores, y a un conocido suyo que trabaja en Cruz Roja y presume de contactos en el hampa cuya identidad responde a las iniciales LL.L.M.
Ambos se negaron a contestar a las preguntas tanto de la jueza como del abogado de las dos personas que figuran en la causa como perjudicadas, el director del Centro de Realojo Temporal La Esperanza y el responsable de SAMU en esas instalaciones, que también declararon y solicitaron que se curse una orden de alejamiento entre los imputados y ellos.
Estas diligencias son una pieza separada de la causa principal que mantiene a Guerrero en prisión. Se abrió en febrero después de que la Guardia Civil diese plena credibilidad a las conversaciones que captó con micrófonos y cámaras en el coche del médico mientras le investigaba por abusar de menores. En ellas ambos parecían urdir un plan para amenazar o agredir a personal ligado al Servicio de Protección a la Infancia de la Ciudad.
El abogado de los perjudicados pedirá imputar también daños y organización criminal
Las alertas de los agentes se dispararon cuando, a finales del año pasado, el doctor y su compinche coincidieron en que había que hacer algo. El segundo propuso ir de frente, pero Guerrero vio más inteligente y seguro comprar una tarjeta telefónica para amenazar a los trabajadores de Menores y posteriormente destruirla. “Es muy poco para esa gente”, le reconvino su amigo, que aseguró contar con “gente” dispuesta a llegar a mayores “por dinero”.
La charla se quedó ahí, pero posteriormente el interlocutor de Guerrero insistió en que era necesario dar un escarmiento y parar los pies a esos “hijos de puta” que se “inventaban” cosas. Entonces ya no hizo tanto hincapié en la necesidad de una contraprestación económica, sino básicamente de información sobre datos, rutas y rutinas de los 'objetivos'. El momento idóneo de pasar a la acción sería, comentó, coincidiendo con un viaje fuera de Ceuta que efectivamente planificó.
Pese a la evidencia de las pruebas existentes, ni el exconsejero (por videoconferencia) ni el otro investigado reconocieron nada. Ni amenazar ni conspirar. Ni haberse visto. El segundo afirmó no recordar siquiera haberse subido al coche del primero y ambos dijeron tener una relación de “médico y paciente” que en el mejor de los casos podría calificarse, según concedió Guerrero, de “pequeña amistad”.
Daños materiales
Los perjudicados sí facilitaron todo tipo de datos. El trabajador de SAMU recordó que en mayo del año pasado, cuando desde Menores ya se había alertado al Ingesa o a la Fiscalía de algún posible comportamiento impropio del médico con niños, el trabajador de Cruz Roja investigado le citó en una barriada de la periferia y le deslizó que en esta ciudad es muy fácil recibir un tiro por 500 euros.
Posteriormente, en octubre, al arrancar el motor de una embarcación de su propiedad en el puerto deportivo, “saltó por los aires” ardiendo, causando quemaduras a un amigo que se encontraba con él.
“Entonces no lo vinculé con esto, pero hoy en día creo que sí, que pudo no ser casual que hubiera gasolina derramada y explotase”, ha relatado en sede judicial. Por añadidura, dos días después de la entrada en prisión provisional de Guerrero, su coche fue parcialmente “destrozado” en las inmediaciones del 'Murube', del que es asiduo.
En su testifical aseguró que “se ha sentido amenazado” y que de hecho ha tenido que cambiar rutinas laborales y personales, como la propia Benemérita instó en Navidad a hacer al director de 'La Esperanza', que según ha confesado ha sido diagnosticado de estrés adaptativo y ha temido “tanto por mi integridad como la de mis hijos y la de mi entorno más cercano”.
La representación letrada de ambos prevé solicitar que entre los delitos que se investigan se incluyan, además de los de coacciones y conspiración para lesiones (el Código Penal tipifica tanto la comisión en grado consumado o de tentativa de un ilícito como su preparación), al menos los de daños e integración en organización criminal.