Quién les iba a decir a las gemelas Tuesta, Noemí y Patricia, que su infancia dibujando y disfrutando del arte en Ceuta les acabaría llevando a proyectar el impresionante Pabellón de Historia Natural de la Universidad de Almería. Un edificio que para su estudio We Are aliiv, (del que también forma parte Manuel Navarro, marido de Noemí Tuesta) supuso todo un reto de lo más estimulante: "Tuvimos que aprender mucho sobre la marcha", aseguran.
Nacidas y criadas en la ciudad autónoma siempre compartieron "una gran afinidad". Cuentan que juntas "dibujaban y disfrutaban del arte", inclinaciones que poco a poco "fueron madurando" hasta que decidieron estudiar juntas arquitectura.
Siempre unidas, también con Navarro, se formaron en Granada, Madrid y Chicago (Estados Unidos). La pareja montó el estudio en Almería en 2017, dedicándose a "cazar proyectos por toda España" y posteriormente Patricia Tuesta se sumaría trabajando desde Ceuta. "Tenemos una forma parecida de ver la arquitectura, pero cada uno le aporta los matices de su personalidad. Ceuta además tiene un peso muy importante en nuestro estudio. Su característica semiinsular, la convivencia de culturas o la falta de suelo y materiales nos han guiado hacia una visión sostenible, tendente al uso de materiales de proximidad y respetuosa con el paisaje".
Esas ideas encajaban perfectamente con el gran proyecto que buscaba la Universidad de Almería (UAL). Se trata de un museo "que no es simplemente un museo", sino una suerte de laboratorio departamentado e interconectado lo que lo convierte en un "centro de investigación en didáctica de museos". Es decir, "no se trata solo de un espacio para exponer, sino de un lugar donde estudiar sobre como influye la dinámica de exposición en el aprendizaje".
Un concepto en cierta medida abstracto, que hizo que el estudio permaneciese "en permanente diálogo" con el Centro de Investigación de Colecciones Científicas (Cecoual) de la Universidad, que lleva a cabo precisamente un análisis sobre la dinámica de las muestras.
Frente a el encargo, las arquitectas ceutíes plantearon una propuesta que pretendía unir "una sencilla y honesta arquitectura vernácula mediterránea con las formas industriales". Todo teniendo en cuenta la necesidad de generar "condiciones ambientales muy específicas", dividiendo el espacio en "laboratorios interconectados, que también se pueden aislar; e incluyendo el jardín botánico como reclamo en el exterior, conectando con el campus universitario".
Reto mayúsculo, pues "nada que ver tiene este pabellón con hacer una escuela, un hospital o viviendas". Adaptarse y aprender sobre la marcha fueron las claves en un trabajo que iniciaron "justo antes de la pandemia", lo que obligó al parón de rigor, para conseguir finalizar en septiembre de 2022.
Se sienten orgullosos del trabajo realizado y próximamente esperan extender su arquitectura "sostenible y potenciadora de los espacios comunes" a la ciudad autónoma, donde está en licitación uno de sus proyectos.
Dos hermanas maravillosas y Fueron alunas del VALLE INCLAN