Esta es la realidad que refleja el Desgobierno de nuestra querida ciudad. Si no tienes un padrino que te ponga todo en la palma de las manos, no eres nadie.
Muchos os sentiréis identificados con este argumento. Muchos hemos peleado contra los elementos para intentar conseguir un trabajo digno, para el cual nos hemos formado durante largos años y grandes esfuerzos, pero sin padrino se nos impide acceder en igualdad de condiciones, en igualdad de oportunidades. Estudiar (que en nuestro país no es barato), formarnos para ser ese "alguien en el futuro" pero en Ceuta la lucha es completamente desigual.
La vida es un libro de etapas, todas concluyen dándole inicio a otras, estudiar para trabajar, pero esto no es posible en Ceuta. Muchos jóvenes caminamos dentro de un campo de batalla, batalla que se supera y nunca es recompensada. ¿Por qué? Fácil, no todos tenemos la suerte de tener un padrino que tiene la posibilidad de crear y facilitar puestos de trabajo a los suyos.
En definitiva, cada vez existen menos oportunidades de trabajo para los jóvenes, ya que estas florecen del famoso enchufismo que destaca en nuestra ciudad. Los jóvenes no sólo queremos acabar con el enchufismo, que excluye a muchos de nosotros en el ámbito laboral, sino que luchamos porque haya una igualdad de oportunidades para todos los jóvenes y no solo para "los ahijados".
Soñamos con que el Desgobierno se convierta en un Gobierno justo, digno, un Gobierno que mira por su sociedad y por el bien de ésta. Un Gobierno que nos sirva de apoyo y ánimo. Tristemente, el Desgobierno apaga nuestra gran llama de ilusiones y nos invita a ver cómo los suyos disfrutan del pan mientras el resto, la inmensa mauoría, esperamos obtener alguna migaja.