-
La AEGC dedica la colaboración de hoy a los episodios ocurridos en Alsasua, Navarra, en donde han sido agredidos dos guardias civiles y sus parejas. Este artículo también se publica en Diario de Navarra
Una vez más los guardias civiles somos víctimas de la ideología del terror, de ésos que convierten en enemigos a los que no piensan como ellos, no visten como ellos, tienen una profesión distinta o han nacido en una provincia distinta. Esta vez las víctimas han sido un teniente, un sargento y sus parejas, pero podríamos haber sido cualquiera de nosotros. Usted mismo, un turista, una persona de raza distinta o un vecino de Alsasua que no piense como ellos, porque cuando acaben con los que ahora califican de enemigos se buscarán otros nuevos, nuevas víctimas sobre las que poder descargar su fanatismo violento.
El único fin de los fanáticos es provocar sufrimiento, terror, imponer su odio entre los ciudadanos de distintos lugares. En definitiva, destruir la convivencia, acabar con la diversidad y pluralidad de ideas. Crear antipatías entre regiones y, sobre todo, encender los ánimos de otros fanáticos para que insulten, amenacen o maltraten a los navarros cuando se desplazan a otros puntos de nuestro país.
Los guardias civiles hemos convivido con los navarros, muchos son navarros y están encantados de vivir en esa maravillosa tierra que sabe acoger a los que vienen de fuera. No nos van a confundir, ni van oír una palabra de rechazo a los navarros. Sabemos quiénes son, lo cobardes que son y lo que pretenden los violentos, pero también sabemos de la grandeza de los navarros.
El rechazo a la violencia es la mejor arma para combatir estas conductas de odios sin sentido. La sociedad no puede permanecer muda ante agresiones de este tipo, porque caeríamos en el error de creer que el silencio aísla a los violentos. Los que creemos en la democracia estamos obligados a combatir cualquier tipo de violencia y debemos levantar la voz ante estos actos deleznables, también debemos interpretar y valorar los silencios.
Como guardia civil y como representante de los guardias civiles tengo la obligación de expresar lo que pienso y siento, como tengo la obligación de ponerme a disposición de los compañeros que han sido brutalmente agredidos para que no se sientan solos, porque no lo están, estamos a su lado apoyándolos para decirles que lo que les han hecho nos lo han hecho a nosotros y a todos los ciudadanos decentes de Navarra.
La Asociación Española de Guardias Civiles pone a disposición de los compañeros y de sus parejas los servicios jurídicos de nuestra organización para que ejerzan las acciones legales contra los violentos, no solo para proteger a los guardias civiles y sus familias, también para proteger a la sociedad Navarra de los que con sus conductas radicales manchan la nobleza y la grandeza de todos los navarros y de los que, sin serlo, han elegido esa tierra maravillosa para vivir.