Un dulce típico de Ceuta en Semana Santa son los pirulís, una especie de caramelo que endulza el paladar de pequeños y mayores durante estos días.
Se trata de una tradición que se mantiene desde hace años y que es posible gracias a los que aún los siguen elaborando como es el caso de Bárbara, Mari Paz o José Carlos, quienes aprovechan estos días festivos en los que viene gente de fuera para aumentar las ventas.
La elaboración de pirulís se suele transmitir de generación en generación, como es el caso de José Carlos. “Yo llevaré desde los 12 años. Empecé con mi padre y después me independicé y fui vendiendo solo conforme fui más adulto”, ha explicado.
Por su parte Mari Paz lleva vendiéndolos desde hace unos 13 años y empezó porque “vi a mi suegro”. Además, “mi padre nos los compraba de pequeños y aprendí a hacerlos y desde entonces me dediqué a ello”.
Durante estos días es muy común verlos situados en los puntos de mayor afluencia de personas durante las horas previas al paso de las procesiones, al igual que ver a la gente con un pirulí en la mano amenizando la espera.
Su elaboración es artesanal y lleva “azúcar, crema, colorante y luego tienes que ir controlando el punto de cristalización y el color”, ha detallado Mari Paz. Además, se tienen que producir “a diario, de un día para otro no vale. Se hacen, se traen y se venden”, ha añadido Bárbara.
En sus puestos se pueden encontrar el pirulí tradicional, el rojo, aunque también de otros colores y sabores. Aún así, el preferido es el rojo, “pero los niños quieren doble color o azul o verde”.
Estos días aumenta mucho su venta y Bárbara puede “llegar a vender unos 90 pero en días como el del El Encuentro, alrededor de 150”, ha manifestado. Aún así, su venta ha bajado respecto a años anteriores y aunque “es algo que la gente se espera no se vende como otros años”, ha expresado José Carlos.
Aunque se trata de un dulce típico de Semana Santa, los ceutíes también pueden disfrutar de este dulce caramelizado en fiestas como la cabalgata de Reyes o la de Carnavales.