La ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, giró visita ayer a Ceuta para conocer in situ la realidad que en materia sanitaria vive esta ciudad. Con posterioridad ofreció una comparecencia pública en la que no hubo hueco alguno a la crítica, al reconocimiento de los fallos que marcan nuestro sistema sanitario hasta el punto de gozar de un Hospital mayúsculo en infraestructura y espacio pero carente del número de profesionales necesario para hacerlo funcionar adecuadamente así como de especialistas. Porque en Ceuta tenemos un problema gravísimo de falta de profesionales que eviten las situaciones de riesgo que se producen o los meses de espera sin que pacientes afectados por determinadas dolencias puedan ser vistos por un profesional. Así estamos en una ciudad que está sufriendo en los últimos meses una auténtica fuga de profesionales que obedece a muchas causas que bien podrían haber sido analizadas de forma pública por la titular de la cartera sanitaria. Hay inversiones, hay compromisos de cambios, hay anuncios de mejoras... todo eso es loable, pero también lo es la necesidad de sentarse con los agentes sociales para conocer qué está pasando en nuestro sistema de salud para que haya entrado directamente en la UCI. Los profesionales se han puesto en pie de guerra, al igual que los usuarios, faltos de una atención con todas las garantías sobre la que pudo haber hablado Montserrat. Era su momento.