Esta mañana se han vivido unos momentos de angustia en el bar Las Balsas del Centro, aunque todo ha terminado con final feliz. Y ha sido gracias a la rápida intervención de un vigilante de seguridad de Ceuta, Bernardo, que ha salvado la vida a un cliente que desayunaba en el local.
Todo transcurría con normalidad hasta que uno de los clientes habituales sufrió un atragantamiento que a punto estuvo de costarle la vida. La actuación del vigilante ha sido clave, aunque para él “no ha sido un acto heroico, he puesto mi granito de arena en ayudar a una persona que estaba pasando un momento complicado”, explica a este periódico.
Bernardo estaba desayunando como cada día en el local, “cuando se levantó una persona pidiendo auxilio”. En primer lugar, “se dirigió a un hombre que le ha intentado hacer la maniobra para expulsar” lo que le asfixiaba y “que le estaba impidiendo la respiración y yo he intervenido porque no tenía la fuerza necesaria para ayudarle”.
Sin pensarlo dos veces decidió actuar “y ha sido satisfactorio”, reconoce satisfecho. “Esta persona ha expulsado lo que le impedía respirar”, aunque hasta ese momento “el muchacho ha pasado un mal rato, se nos quedaba ahí. Cuando lo he escuchado hablar me he cerciorado de que las vías respiratorias estaban libres de obstáculos y de que podíamos seguir con la mañana feliz”.
Un aplauso a modo de ovación
Tras estos momentos de tensión, todo el bar se puso a aplaudir a este héroe que se encontraba de descanso en su trabajo. Él mismo ha querido poner en valor la importancia de que todos sepamos hacer las maniobras para poder salvar una vida. “Uno no sale a la calle con la intención de salvarle la vida a nadie, pero estas cosas pasan. Una persona se puede atragantar, puede tener un accidente, un desvanecimiento y uno intenta ayudar en la medida de lo posible. He puesto en utilización los conocimientos personales y profesionales que tengo, nada más”.
Por su parte, uno de los trabajadores del bar, José Carlos Pérez, que lo estaba presenciando todo ha querido contar a FaroTV cómo se han vivido esos momentos. “Era un chico súper alto y al final a base de golpes se le ha salvado la vida, porque se estaba asfixiando. La gente estaba un poquito asustada y para quitarle hierro al asunto he aplaudido” al ver que todo ha salido bien para descargar la tensión. A ese aplauso se sumó todo el bar.
La mañana ha terminado con el afectado invitando a desayunar a todos los que le han ayudado.
Héroes como este hacen falta, y muchos, a día de hoy. Muchas gracias por tu acción.