Los usuarios de la playa Juan XXIII telefonearon ayer en varias ocasiones al Servicio 112 para que diesen parte a las autoridades competentes porque el mar estaba “impregnado de residuos” que desaconsejaba el baño.
Algunos se aventuraron a decir que se trataba de la suciedad procedente de las embarcaciones de recreo, aunque a ciencia cierta nadie supo de qué se trataba. Los niños tuvieron que jugar en la orilla esquivando las manchas de color marrón que flotaban en el agua.