El varón hallado muerto por la Guardia Civil el pasado miércoles en aguas del Chorrillo, en Ceuta, era un súbdito yemení. Así al menos se desprende de los documentos que llevaba en su poder cuando, enfundado en traje de neopreno y con un chaleco de moto de agua al que llevaba atado un flotador, optó por arrojarse al agua para bordear el espigón fronterizo.
Según las estimaciones llevaría varias semanas muerto, por lo que su caso coincide con una entrada de varios yemeníes que, tras llegar a Ceuta, echaron en falta a un compañero.
Fue una patrullera del Instituto Armado la que procedió a la localización del cuerpo en el agua, siendo activadas las unidades del Servicio Marítimo y de los GEAS para la recogida del mismo y su posterior traslado a la base del muelle pesquero.
De confirmarse que formaba parte del grupo de yemeníes que llegó a Ceuta en ese periodo, sería el amigo que estos echaban en falta
El fallecido portaba documentos de estudio, alguno de índole particular así como elementos personales con los que había iniciado la travesía para llegar a nuestra ciudad. De confirmarse que formaba parte del grupo de yemeníes que llegó a Ceuta en ese periodo, sería el amigo que estos echaban en falta. Hay que cotejar los documentos que tenía en su poder.
A esta nueva tragedia en la frontera sur se han sumado esta misma semana los hallazgos de tres cuerpos correspondientes a los marroquíes que estaban dados por desaparecidos tras ser obligados a arrojarse al mar en el Sarchal. El primer cadáver fue hallado en el entorno de la Ribera y los otros dos cerca del morabito del barrio en donde fueron obligados a desembarcar, en medio de un temporal que complicaba las navegaciones de las distintas embarcaciones. No constan detenidos.