Y seguimos para bingo. La suerte de hipócritas disfrazados de políticos ocupan el foro de las mentiras para hablar de los “migrantes”, de sus derechos, de lo que pasa en las fronteras... y se unen así en la petición de explicaciones. Como si a alguno de esos ejemplares con sueldo público les importara en absoluto saber la verdad de lo que se cuece en el negocio de las vallas o buscaran con transparencia resolver las incógnitas de la tragedia de Melilla. No les interesa a ninguno de ellos, solo buscan hacer el ruido que les reporte su beneficio en clave electoral, como siempre.
Hablan de la tragedia de Melilla como en su día hablaron de tantas y tantas tragedias ocurridas en Ceuta. Hablan y hablan, etiquetan, quieren saber, exigen investigaciones, piden visionar... pero en el fondo no buscan nada porque nada quieren encontrar. Solo pretenden el ruido medido en beneficios para sus cuentas de partido, nada más.
Ahí tenemos al ministro que en su día llegó a saber lo que estaba bien y mal, erigiéndose en todo un juzgador. Ahí tenemos a su grupo de fans y, frente a frente, nos topamos con el equipo de hooligans que esperan el final del partido para liarla más o menos. Una sesión de control más nos escenifican su propio juego.
Ni al PSOE ni al PP, ni al gobierno ni a la oposición les interesa lo más mínimo conocer lo que pasa en las vallas de la vergüenza, en las fronteras/trincheras, en esta parte del mundo ubicada en el extremo de otro modo de vida radicalmente opuesto.
Nos dice aquel juzgador hoy reconvertido en político que el PP pone en duda la profesionalidad de la Guardia Civil. Los populares responden que la desprotección de los agentes fue la causante de la tragedia de Melilla. Que listos son estos peperos que piden una comisión de investigación y ya han averiguado dónde estuvo la causa de aquella vergüenza.
Los amiguitos de la hipocresía se erigen en defensores de los “migrantes” para a su vez serlo también de los guardias civiles, y son tan buenos en esto de la mentira y el pose que buscan quedar bien con todos en ese equilibrio tan endeble que acostumbra a darnos un zarpazo cuando menos lo esperamos.
¿Les importa la frontera? No. ¿Les importa esa Guardia Civil que tanto dicen defender? Ni por asomo. Peperos y socialistas han sido capaces de todo para joder la vida a muchos agentes, tanto que hasta les han quitado las medallas bien merecidas acojonados por el poder de la Dirección, fíjense a donde llegamos. Peperos y socialistas han olvidado durante mucho tiempo lo que sucedía en unas vallas en donde solo funcionaba la economía del gasto, del parcheo, de los contratos y adjudicaciones millonarias.
Ahora toca hacer ruido, ruido utilizando a los pobres. A eso llegan.