El pasado 11 de octubre, lamentablemente, el mundo del cine y también del teatro y de la televisión, dijeron adiós a una de las actrices de la época dorada que quedaba viva y que tanto aportó a esto de contar historias, de dirigirse a sus respetados espectadores, se sentasen en la butaca que fuese. Nada menos que Angela Lansbury, una actriz con mayúsculas, que murió en Los Ángeles a los 96 años, cerca de cumplir 97, apenas le faltaban 5 días, que se dice pronto.
Lansbury, original de Londres, en el seno de una familia de actores, se trasladó a Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, huyendo de los bombardeos alemanes sobre su ciudad natal. Fue ya en su país de acogida donde consolidó su carrera como actriz.
En 1945 se escribe otro de los capítulos tortuosos de su vida, aunque el carácter afable y cercano de la protagonista de la historia haga pensar que su trayectoria vital fuese más acomodada. Contrajo matrimonio con el actor Richard Cromwell, que 9 meses después la abandonó reconociendo su homosexualidad.
“Me quedé en shock cuando todo acabó porque no estaba preparada para ello. Fue un gran error haberme casado tan joven”, aseguró en declaraciones para Radio Times. Pero se ve que el problema real no fue su edad, puesto que tan sólo 4 años después conoció a Peter Shaw, con el que se casó hasta 2003, después de toda una vida, año en el que falleció después de tener dos hijos en común.
Lansbury ha fallecido con numerosísimos reconocimientos profesionales en su palmarés personal, como un Bafta honorífico, 6 Globos de Oro, 5 premios Tony, y 13 nominaciones a los Emmy. Aunque no llegase a ganarlo; la actriz fue nominada durante 13 años consecutivos para ganar este galardón, 12 de ellas consecutivas por su mítico papel de Jessica Fletcher en Se ha escrito un crimen, una de esas series atemporales, repuesta en casi todas las cadenas de televisión y que absolutamente todo el mundo, tenga la edad que tenga, conoce y ha visto en familia.
Por este papel protagonista la figura de Angela Lansbury ha quedado para siempre grabada en nuestras retinas. También fue nominada hasta en tres ocasiones al Oscar por papeles de reparto en las películas Luz que agoniza (1944) y El retrato de Dorian Gray (1945), y en El mensajero del miedo (1962), y logró una estatuilla honorífica en 2013, concedida por la Academia de Hollywood por toda su trayectoria. Aún le quedaban muchos años de profesión por delante a la longeva estrella.
Entre otros trabajos muchos trabajos, Lansbury dio vida a la tetera Mrs. Pott en la versión animada de La Bella y la Bestia (1991) y participó en otros títulos de Disney como Anastasia (1997) y El regreso de Mary Poppins (2018), ya nonagenaria.
También de Disney fue la inolvidable y popular Bruja novata (Bedknobs and broomsticks en inglés), película de 1971 que alternaba animación con acción real y se convirtió en imprescindible para su visionado familiar durante generaciones. Aún hoy es un clásico que revisionar cada navidad o fiesta de guardar.
En 2014 la reina Isabel II, que nació en su mismo año, le otorgó el título de Dama Comendadora de la Orden del Imperio Británico (DBE) durante una ceremonia en el castillo de Windsor. "Me enorgullece ser reconocida en el país donde nací, y conocer a la reina en estas circunstancias es una ocasión adorable y especial", dijo entonces a modo de agradecimiento por semejante honor para un británico.
Ha escrito ya su última palabra la sagaz Jessica Fletcher, pero quedará durante mucho tiempo su trabajo en nuestras memorias.
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