Para que la respuesta se haga en la misma medida. ¡Cuánto sufrimiento escondido! Hoy comienza el resto de mi vida. Hoy mi vida se parte en dos. Muy importante: sólo sobre la página en blanco alcanzo verdad, pues sólo así puedo categorizar los pensamientos. Lo digo porque, como presidente de Salud Mental Ceuta, se me requiere para entrevistas y otros eventos, y puedo delatar mi bisoñez en la palabra hablada. Es decir, os pido un poco de complicidad en este aspecto.
Por el contrario, con la palabra escrita, puedo proyectar mis frustraciones y ansias de libertad sobre el mismo punto, hasta hacer saltar las cadenas que son las limitaciones. Aunque sólo sea un efecto. Así que, como dicen los analistas de política, vamos a lo “mollar”.
En el año 2008 España, constituida en nación solidaria, firma la CONVENCIÓN DE LA ONU PARA LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD. En el documento se explicitan toda suerte de bondades: derecho a la vida, a la salud, a la justicia, a la educación, a la familia, a la cultura, al empleo, a la no discriminación, y por tanto, a la participación.
Se explicita, en definitiva, que la dimensión social del individuo es necesaria para la plenitud existencial. Desde este momento, el colectivo al que represento no hace palabras en el vacío, ni dibuja ideas en las arenas del desierto. Estamos reivindicando que España cumpla con sus compromisos internacionales; y más, cuando la dignidad de un grupo tan numeroso y diverso está en juego.
El texto recomienda a cada paso que los países firmantes hagan “ajustes razonables” en sus normativas para que el espíritu de la norma, validada por la ONU, tenga un soplo de vida.
La verdadera dimensión de la intervención en salud mental estaría en establecer mecanismos de evaluación para ver lo que se está haciendo e implementar allí donde fuere necesario. Actualmente estamos esperando los resultados de una reunión de control en Nueva York. En la anterior España recibió un “tirón de orejas”.
La palabra mágica resuena una y otra vez, y me tiene por pesado: “recursos”.
La injusticia y el egoísmo actúan de oficio; para conseguir vencer su resistencia es necesaria la acción decidida y consciente: la inteligencia. ¡Cuánto sufrimiento innecesario!
El sistema tiene que aprender que invertir en generosidad tiene premio en el medio plazo, pues el sistema es un circuito cerrado de energía. Nada se pierde, todo se conserva. Así siembras, así recoges.
LA DIMENSIÓN: ¿Cuánto se gasta el estado en bajas por depresión? ¿Cuánto en tratamientos cronificados? ¿En ingresos y reingresos? ¿En urgencias por crisis? ¿Cuánto talento se pierde por el camino? ¿Quién traerá esperanza a una familia que acaba de conocer un delirio o una paranoia?
Me han pasado las imágenes de la comisión del Senado sobre salud mental. Tímidas palabras sobre vencer el estigma, la inserción laboral y el modelo comunitario. Señores, hace falta mucha más pasión para que la realidad supere a las palabras.
La sociedad es un organismo vivo necesitado de salud. La búsqueda de la salud nos hace iguales y debiera servir para la paz. Una sociedad sin conciencia sobre la salud es una sociedad vulnerable.