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La Fundación Eduardo Gallardo comienza un entrenamiento con este juguete
En apariencia, el spinner es la cosa más sencilla del mundo. Un artilugio de plástico o metal que rota sobre tres ejes y cabe en la palma de la mano y al que hay que hacer girar con los dedos. Su creadora Catherine Hettinger lo inventó a principios de la década de 1990, cuando le diagnosticaron miastenia, una enfermedad grave que provoca el progresivo debilitamiento de los músculos. La mujer cayó en una profunda depresión y trató de buscar algo con lo que combatir el estrés y la ansiedad, alejando de su mente los sentimientos de miedo y derrota que le provocaban su enfermedad.
El spinner es una herramienta perfecta para ayudar a combatir la ansiedad y concentrarse en una tarea concreta entre otras funciones.
Desde la Fundación Eduardo Gallardo y su centro de prevención de la dependencia y promoción de la autonomía personal siempre están intentando innovar en técnicas y entrenamientos que mejoren la calidad de vida de sus pacientes. Aparte de las terapias cognitivas no farmacológicas y sus terapias 2.0 con tablet a través de ‘iestimula’ o del uso de nuevas tecnologías con la WII Terapia, durante el mes de mayo han comenzado a realizar un novedoso entrenamiento con los spinner, el juguete que está de moda en todos los colegios del mundo. “Creemos que pueden presentar una utilidad para nuestros usuarios de la tercera edad y más concretamente con nuestros usuarios que presentan Parkinson”, explicó Claudio Alarcón, psicólogo.
Este entrenamiento tiene como objetivo aumentar la capacidad de control de sus usuarios sobre su propia motricidad y de sus movimientos para lograr una mejora en el control y consciencia de sus temblores involuntarios así como disminuir sus niveles de ansiedad y aumentar su concentración sobre la tarea que están realizando.