Precisamente a estas alturas de la película, es cuando va y sale el señor Vivas y señala uno de los principales causantes de eso que se ha dado en llamar con el nombre de "comercio atípico". En efecto, la existencia de un fraude masivo en las importaciones de mercancías, da muestras de la incapacidad e inoperancia de las principales entidades e instituciones, locales y estatales, a la hora de ejercer un control efectivo sobre todos los productos que entran en la Ciudad. Agencia Tributaria, Servicios tributarios de Ceuta, Inspección de Aduanas y sus agentes, todos tienen su parte de responsabilidad en este descontrol de las importaciones.
Resulta curioso ver cómo uno de los elementos esenciales para realizar un correcto despacho de aduanas, caso de la báscula portuaria, por lo general y con más frecuencia de la debida, suele estar averiada, haciendo la mayor de las veces imposible verificar si el peso real de contenedores y camiones que desembarcan en Ceuta, se corresponde con el que se declara previamente cuando se hace el despacho. En este caso de la báscula, habría que pedir explicaciones a quien corresponda, bien a la Autoridad Portuaria y su policía, bien a la Guardia Civil.
Dicho esto, centrémonos en lo que de verdad importa, que no es otra cosa que la deficiencia en la recaudación que debería ir a las arcas municipales y el consiguiente perjuicio que esto le provoca a la ciudad de Ceuta. Según el señor Vivas, se han realizado más de ochocientas inspecciones, teniéndose constancia de que la mayor parte del fraude detectado, viene precisamente por el deficiente control aduanero, con lo que si es así, hay que ponerse de inmediato a trabajar para corregir esa situación y restablecer el orden en todo este tema.
Ahora bien, está más que comprobado que a nada que se rasque un poco por la superficie, aparecen más y más chanchullos, que son en realidad los causantes de este desastre. Lo que resulta inaudito es que venga el señor Vivas y reconozca públicamente y después de más de quince años de gestión, que ha existido un fraude generalizado en todo este asunto, y que buena parte de los problemas fronterizos actuales derivan de él. Es incuestionable que el Delegado del Gobierno tiene su parte de responsabilidad en todo este caos, pero lo cierto es que el Gobierno local con su Presidente a la cabeza, es quizá quien más responsable sea del descontrol que se ha venido produciendo sobre esta cuestión durante más de una década.