El teniente general Evaristo Muñoz Manero, quien fue comandante general de Melilla desde febrero de 1995 hasta julio de 1997 y teniente del Tercio Duque de Alba 2º de La Legión en Ceuta, ha fallecido este miércoles después de haber servido “con gran brillantez” en las filas de las más prestigiosas unidades del Ejército español.
En una nota de prensa, la Comandancia General de Melilla ha recordado que el general Muñoz Manero dejó en la ciudad y en el personal bajo sus órdenes “un imborrable recuerdo de ejemplo de soldado en todas las facetas que componen la naturaleza castrense”.
Nacido en Larache, el 11 de enero de 1937, orientó sus pasos a la vida militar, siguiendo la tradición familiar, y fue promovido al empleo de teniente en 1958, siendo su primer destino el Grupo de Tiradores de Ifni número 1.
En Ceuta fue teniente del Tercio Duque de Alba 2º de La Legión, aunque ha servido en varios Tercios Legionarios, llegando a mandar el Tercio Gran Capitán 1º de La Legión de Melilla desde noviembre de 1989 a agosto de 1991).
Conoce en Ceuta a la que sería su esposa
Conoce en Ceuta, siendo un joven teniente de La legión en Ceuta, a la que sería su esposa, Rocío, que le ha acompañado en todo momento y con quien tuvo dos hijos, Luis y Rocío.
También ha prestado servicio en unidades de Operaciones Especiales, siendo el primer jefe del antiguo Grupo de Operaciones Especiales Órdenes Militares número 1, así como diferentes unidades de Infantería.
Ejerció también el Mando de la Brigada Acorazada Guadarrama XII desde agosto de 1991 a octubre de 1994, y desarrolló labores de profesorado en la Escuela Superior del Ejército.
Muñoz Manero dejó muy buenas impresiones entre los melillenses y fue un gran impulsor en el acercamiento del Ejército a la población civil, con la que mantuvo extraordinarias relaciones durante su mandato. La Comandancia General de Melilla ha despedido al gran militar con una nota de In Memoriam.
Yo conocí al teniente D. Evaristo Muñoz Manero cuando estuve en Sidi Ifni en 1969/70. Me queda un gran recuerdo de el, que solo tenía un año mas que yo. Era un gran soldado de vocación. Estuve en la sección de asalto de la cuarta compañía del primer Tabor, le he recordado toda la vida y quiero mandar mi pésame a la familia. Siento mucho su muerte. Hace unos días estuve con uno de mis hijos en Ceuta y ahora que se que su viuda es de esa preciosa ciudad, la quiero expresar mi mas sentido pésame y simpatía, como también a sus hijos.
Sinceramente, Fernando Gutiérrez Velázquez.
Uno menos que nos queda en este mundo de los soldados excelentes que tanta falta nos hacen. Quisiera consolar a sus familiares con la certeza de que si alguien se gana el Cielo, él lo tiene seguro y por ello descansa ya en paz.