El Servicio Marítimo de la Guardia Civil ha interceptado y detenido este martes a primera hora de la tarde en aguas próximas a la ciudad autónoma a dos ciudadanos de Ceuta con cientos de kilogramos de hachís en la embarcación recreativa tipo 'Fantom', provista de matrícula de Marruecos y de seis metros de eslora, en la que han sido alcanzados cuando estaban a punto de zozobrar y que finalmente se habría hundido.
Los dos arrestados han sido trasladados hasta la nueva base de la Benemérita en el muelle Alfau, junto al puerto pesquero, donde han sido desembarcados junto a la mercancía, un total de al menos 17 fardos que, a una media de alrededor de entre 25 y 30 kilogramos de sustancia estupefaciente cada una, suman 600 kilos de hachís –a falta de pesaje oficial–.
Los dos detenidos han sido puestos a disposición judicial junto a las diligencias instruidas por los funcionarios intervenientes por incurrir en un presunto delito contra la salud pública, mientras que la droga será entregada al Área de Sanidad de la Delegación del Gobierno para su análisis y posterior destrucción tras su traslado a la península.
Además de las oportunas diligencias, que en unión de los detenidos, serán entregadas en el Juzgado de Instrucción de Guardia de esta ciudad, quedando la sustancia intervenida depositada en el Área de Sanidad de la Delegación del Gobierno, y la embarcación a disposición de la Autoridad Judicial.
El Instituto Armado está haciendo frente también este verano a un incremento exponencial de su trabajo habitual en el litoral de Ceuta debido a la multiplicación de los intentos de entrada irregular de personas desde el país vecino tanto a nado (animadas por las buenas condiciones climatológicas o la densa niebla de algunas jornadas) como, sobre todo, en motos acuáticas que se acerca hasta la costa del Reino alauita y regresan a toda velocidad a las inmediaciones de territorio español.
Entre las competencias de la Guardia Civil está tanto el combate de la inmigración irregular (por medios propios o con organizaciones criminales dedicadas al tráfico de personas como intermediarias necesarias) como el tráfico de estupefacientes.
La avaricia rompe el saco
Claro ejemplo de que la avaricia rompe el saco
¡ Qué mal pensados!
Son unos pobresitos que estaban pescando y ha dado la casualidad que en lugar donde se han hundido está toda esa droga. De verdad, una gran error. Los dos son grandes deportivas, muy buenos y muy religiosos. Todo el barrio los quiere.
Eso sí, no se les conoce oficio ni beneficio. En el instituto estaban mas tiempo castigados o expulsados que dando clase. Se les dieron las mismas oportunidades que a todos, pero ya se sabe, hay mucho enchufe y buscar un trabajo de camarero o de camionero no renta cuando con un pase o dos te puedes comprar un buen coche o construirte un casa en un terreno ilegal y con obra de mano negra.