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El segundo acusado fue detenido con casi 4 kilos de hachís, droga que le había facilitado el otro procesado
Dos hombres en el banquillo de los acusados por un delito de tráfico de drogas. Uno de ellos fue detenido en octubre del año pasado con casi cuatro kilos de hachís escondidos en el salpicadero. Confesó que le habían proporcionado la droga para llevarla a la península a cambio de cierta cantidad de dinero e identificó al intermediario. Éste ayer aseguró que todo ha sido una “trampa” para meterle en la cárcel.
Ayer se celebró la segunda sesión del juicio, donde declararon los guardias civiles que llevaron a cabo la investigación. A raíz de la detención de L.B. se le intervino el teléfono y de las escuchas se identificó a dos personas más que estarían implicados en los pases de droga desde Ceuta a la península. Las pesquisas llevaron a la detención del segundo acusado ayer presente en el juicio, A.E-A., quien afirmó que se dedicaba a la compraventa de coches y que el vehículo que fue interceptado en el Puerto con la droga se lo había vendido al otro acusado. Pero tanto la Fiscalía como la defensa de L.B. no han visto acreditado que A.E-A. se dedique a este negocio ni se ha presentado el justificante de esa venta.
De las declaraciones de los guardias civiles, todos ellos explicaron que la confesión del primer detenido fueron cruciales para poder identificar a otros implicados en el pase de droga a la península. No obstante, de las conversaciones investigadas en las escuchas telefónicas, ningún operativo policial pudo intervenir más mercancía que la que se incautó en la detención de L. B., casi cuatro kilos de hachís escondidos en el salpicadero.
No obstante, los investigadores concluyen “sin dudas” y en base a más de 20 años de experiencia en este tipo de investigaciones que las conversaciones de A. E-A. por teléfono siempre utilizaba palabras clave, “hablaba de cantidades, dobles fondos, tipos de coches, rutas...” e incluso en alguna de éstas llegó a mencionar la palabra ‘jardala’, que según explicaron los guardias civiles se trata de un tipo de hachís. El resto de las acepciones para referirse a la droga fueron palabras clave como “salsa” o “guiso” entre otras expresiones, como “tengo algo para ti” o “consígueme personas que puedan bajar”.
Tras identificar a la persona que mantenía este tipo de conversaciones, el primer detenido incluso lo identificó a través de una rueda de reconocimiento policial por fotografías. La defensa de A.E-A. sostuvo que la Guardia Civil no interceptó en ningún momento el estupefaciente con el que supuestamente su cliente traficaba y considera que las escuchas telefónicas son insuficientes para culparle de un delito contra la salud pública. Además, puso de relieve las contradicciones en la declaración del primer acusado, L.B. que llevaron a su cliente al banquillo. Mientras que el letrado pidió la absolución, la Fiscalía solicita tres años y dos meses de prisión para A. E-A. En cambio, para L.B. la pena solicitada es menor, teniendo en cuenta su colaboración con la Justicia en todo momento, por lo que se le pide dos años de prisión. Dado que lleva ya cerca de doce meses en prisión provisional su abogado solicitó la libertad, pues, además, está siendo “amenazado por el entorno de A.E-A.”, solicitud que fue aceptada por la juez.