Todos los docentes y estudiantes del IES Almina, donde estudiaba el joven Ibrahim Buhelman, fallecido el sábado tras recibir un disparo en la cabeza en Ceuta, se ha concentrado este lunes antes del recreo en el patio del instituto para repudiar la violencia de acuerdo con las señas de identidad del centro. El director del IES, Javier Rodríguez, ha instado a toda la comunidad del centro a reflexionar sobre la certeza de que el de las armas “no es el camino” y a trabajar y comprometerse con “un clima de convivencia que haga que este mundo sea mejor”.
Dos estudiantes de Bachillerato, Vera García y Yasmina Ahmed, han leído ante sus compañeros y profesores un manifiesto en el que el instituto se ha desmarcado radicalmente de la inercia del “ojo por ojo” que solamente conducirá a que “todo el mundo quede ciego”.
“La violencia es el virus de la sinrazón: en multitud de ocasiones puede parecer la única salida, pero realmente es la entrada a un círculo que nunca se acaba”, han advertido las jóvenes, que han asumido que “es muy difícil contener la violencia porque la conocemos desde pequeños, lo contamina todo, y, cuando la situación nos supera, es difícil acudir a la razón para entender que no es la solución, sino el origen de más conflictos”.
Por eso han apelado a sus compañeros a “acudir a la comunidad educativa: a nuestros profesores, al equipo de orientación y a todos aquellos que trabajan por nosotros para hallar respuestas pacíficas entre todos y todas desde el principio, antes de que todo vaya a más”.
“En el instituto pasamos un mínimo de seis años de nuestra vida, nueve meses al año, cinco días a la semana y seis horas al día: debería ser, por tanto, el lugar seguro construido por todos y todas donde nos unamos contra las injusticias y la violencia no sea el camino ni la solución”, han concluido.
El acto ha terminado con un minuto de silencio que todos los asistentes han guardado con el máximo respeto antes de retomar su jornada lectiva, la primera tras el parón de Semana Santa.