El período que ha vivido Ceuta en los dos últimos años ha sido muy grave: el cierre de la frontera, la Covid-19, la invasión de niños y adultos buscando un mundo mejor, actos de violencia, incendios de vehículos y contenedores como no ocurre en el resto de España, agresiones a policías, apedreos a bomberos y fuerzas de seguridad, etc. Todo esto preocupa y alarma a los habitantes de nuestra Ciudad. Además, ha causado un grave problema en la economía en nuestra Ciudad: el cierre de negocios, oficinas y bancos; así como lo que esto conlleva: paro, despidos y la imposibilidad de cubrir las necesidades básicas en muchas familias.
Reconocemos que todos los partidos políticos buscan, proponen y trabajan para tratar de rebajar la tensión creada por la situación. Asimismo, los servicios sanitarios han trabajado con eficacia y valor enfrentándose a esta Pandemia tan cruel.
Sin embargo, hay un colectivo de asociaciones que han sido y son un apoyo fundamental para aliviar la dura etapa que están viviendo muchas personas y sin cuyo trabajo, el drama habría sido mucho más grave. Me refiero al Banco de Alimentos, a Luna Blanca y Cáritas Diocesana. Las personas que trabajan en este colectivo lo hacen, en su mayoría, de forma voluntaria y sin ninguna retribución económica.
Por circunstancias personales, he tenido más contacto e información de Cáritas y he podido comprobar el trabajo, el trato personal y la gran actividad que se ven obligados a realizar para conseguir donaciones, subvenciones y poder ampliar el colectivo de personas a las que dan los productos alimenticios necesarios para cada familia.
Normas y detalles que he conocido y valorado:
- La mayoría de los componentes son voluntarios sin salario ni compensación alguna.
- Ayudan a toda persona necesitada, sin importar raza, religión o ideales políticos, que es muy importante en Ceuta, la Ciudad de las Cuatro Culturas.
- Hacen un trabajo de recogida de información de cada familia que solicita ayuda para conocer el número de miembros a cargo de la familia, la situación real económica y otros detalles que justifican la necesidad real de esta ayuda.
- Recientemente han abierto un centro de recogida de productos y a través de un control administrativo, se adjudica a cada familia lo que puede retirar gratuitamente y que se adapta a lo que cada solicitante necesita.
- El trato es muy respetuoso con todas estas personas.
¿Por qué he querido reconocer y hacer público todo este trabajo, generosidad y amabilidad de esta Asociación de Cáritas Diocesana? Porque las familias afiliadas en Ceuta son 600 que, si multiplicamos por sus componentes, llegan a 2.400 personas, mujeres, hombres y niños.
Por razones lógicas, esta Organización no hará nunca público los nombres u otros detalles; además estas personas que sin duda están muy agradecidas, no trasmiten este agradecimiento porque a nadie, creo, nos gustaría reconocer que nuestra situación nos obliga a recibir ayuda o alimentación gratis.