Como cada 9 de febrero y marcado por las restricciones sanitarias por la pandemia, Juan Vivas, presidente de la Ciudad Autónoma, ha vuelto a renovar este miércoles por la tarde el Voto de Gracias a la Patrona y Alcaldesa Perpetua de Ceuta, Nuestra Señora de África, en su Santuario.
En un acto religioso que ha contado con una presencia algo más numerosa de fieles, además de las autoridades civiles, religiosas y militares de la ciudad, Ceuta ha renovado una tradición que se remonta a 1651, cuando hizo aparición una epidemia de peste que asoló buena parte del occidente europeo.
No han faltado referencias al momento sanitario actual en las palabras pronunciadas por Vivas, que ha hecho un sentido recuerdo hacia las víctimas de la pandemia por covid, sus familias, hacia todos aquellos que llevan luchando dos años por preservar la salud y la vida de los demás, además de aliento y ayuda para quienes sufren las graves consecuencias económicas y sociales de la crisis.
También ha sido inevitable la referencia a otros momentos difíciles, como los sucedidos durante el pasado mes de mayo que pusieron a prueba a la ciudad y a los propios ceutíes, y que colocó en una encrucijada complicada a la ciudad, momentos en los que fueron necesarios entereza y lucidez para hacer lo que se debía pensando en Ceuta y en España. Y es que la ciudad, ha reiterado Vivas, “tuvo en alma en vilo, la justificada sensación de estar al borde de un abismo”.
Junto a esta renovación, se extiende también el compromiso ineludible de ser “fieles al juramento de defender la irrenunciable españolidad de nuestra tierra, sin excusas ni condiciones”, ha añadido Vivas en una clara alusión a “promover la justicia, atendiendo de manera prioritaria a los más débiles y vulnerables, de ser valedores del respeto, la concordia y fraternidad entre todos los ceutíes, cualquier que sea el credo, la raza o el origen”, ha apostillado.
Las palabras del Vicario General de Ceuta, Francisco Jesús Fernández, también han girado en ese sentido, en el recuerdo de la intercesión constante de la Virgen de África ante las vicisitudes de la ciudad, una intercesión que confía en que se siga produciendo en años y siglos venideros con expresión de agradecimiento ante la Patrona, que tantas veces ha respondido ante los ceutíes protegiéndolos frente a las adversidades.