La muerte de un hombre marroquí el pasado martes en el puesto de la Guardia Civil en Benzú sigue siendo toda una incógnita. El fallecido, que fue traslado cuando todavía estaba vivo hasta las dependencias de la Benemérita desde Beliones, murió mientras esperaba la llegada de la ambulancia. Según fuentes cercanas, en un principio se dijo que había sufrido un infarto, aunque los múltiples moratones, heridas e incluso golpes en la cabeza hacían sospechar de esa versión. La Guardia Civil aseguró oficialmente que el hombre había tenido un accidente de tráfico, y esta es la versión que ayer mantenía uno de sus familiares durante su entierro, que tuvo lugar pasadas las 15.00 horas en Sidi-Embarek.
Lo que se ha podido saber es que el fallecido viajaba por territorio Marroquí, concretamente por la zona de Beliones, en un coche con otra persona que iba conduciendo. En un momento dado la otra persona le alertó sobre un accidente que iban a sufrir porque no le funcionaban los frenos y, según el familiar, el hombre se lanzó del coche produciéndose todos los moratones, heridas y golpes que presentaba cuando llegó a Benzú. Por su parte, el hombre que conducía no sufrió lesión alguna, o al menos así lo mantiene el círculo cercano del fallecido. Este punto, precisamente, sería el que ha hecho sospechar a la Gendarmería marroquí, que ha detenido al conductor del vehículo por lo extraño del suceso y el fallecimiento de su acompañante.
El hombre fallecido vivía habitualmente en la ciudad de Al Ksar Sguir, ubicada al norte de Marruecos, entre Tánger y Ceuta.