A José Rodríguez, o Jose, como lo llaman todos en el colegio Lope de Vega, le quedan apenas 48 horas para decir adiós a 25 años de trabajo al frente de la Conserjería de este centro de Ceuta.
Una despedida agridulce en la que los recuerdos pasan como si de una película se tratara. Han sido miles los alumnos a los que Jose ha abierto la puerta del colegio día tras día, de lunes a viernes, durante estos años. Como él mismo señala, en el cuarto de siglo que lleva al frente de la Conserjería del CEIP Lope de Vega, son tantos los alumnos, que “ya pasan por la puerta, me saludan y no los conozco de lo grandes que están”, señala.
Ahora, cuando queda cada vez menos para su merecida jubilación, Jose abre la puerta con la misma ilusión que todos los días. Faltan pocos minutos para que den las 9 y está pendiente de que los alumnos vayan entrando.
Se les dibuja una sonrisa cuando lo ven apostado en la puerta y le chocan la mano, algo que surgió de manera improvisada y que casi se ha convertido en un protocolo a la hora de entrar en el cole. Ellos también lo aprecian: es la cara amable que les da la bienvenida a su rutina escolar de todos los días. Jose los considera, a todos, como su segunda familia: “Son como mis hijos, es mi particular familia numerosa, 800 niños casi los que pasan a diario por las puertas del colegio”, dice Jose con una gran sonrisa en su rostro.
Cuando pasa algún minuto de esa hora, las 9 de la mañana, se asoma hasta la calle para ver si alguno se retrasa, animando a los que ve fuera para que aligeren el paso. Siempre hay rezagados, pero son unos pocos solo. Además, es lunes, señala, “aunque algunos esto de llegar algo tarde lo tienen casi por costumbre, pero son los menos, suelen ser bastante puntuales”.
Jose recorre buena de los pasillos del centro con cierta tristeza, sabiendo que serán de los últimos paseos que han estado unidos a su día a día laboral. Los sentimientos se encuentran estos días ante la certeza de que su rutina de trabajo –47 años de labor incansable, más de la mitad de ellos en el colegio que ha sido su vida y casi, su segunda familia- llega a su fin. Para Jose, son, efectivamente, días de tristeza, pero por otro lado, asiente, y reconoce que tiene “muchas ganas de empezar a descansar un poco”.
Jose augura que el miércoles será un día inundado por la tristeza, donde una forma de vida se termina para dar lugar a otra nueva: la jubilación.
Y es que la salida, como él mismo adelanta, será “seguramente triste, triste por todos los años que llevo aquí, y mi nueva etapa la afrontaré.. me enfrentaré a una nueva forma de vivir, pero no hay más remedio, hay que aceptarlo”.
Cuando FaroTV recorre con él alguno de los pasillos de su rutina diaria en el Lope de Vega, sus compañeros, los profesores y directivos del centro, se sorprenden y recuerdan, como quien quiere dejar en el olvido la realidad de su marcha en unos días, que Jose, dejará de estar apostado a las puertas del cole y dejará de ocupar su silla al frente de la conserjería del centro.
Todo son palabras de elogio y reconocimiento hacia él, una figura que ha estado siempre -25 son muchos años- vinculada irremediablemente al colegio. Sin duda, su responsabilidad y confianza son valores fundamentales que hacen de Jose una persona realmente insustituible y muy querida, tanto por sus compañeros como por los alumnos y los padres.
Así lo afirman muchos de los profesores con los que se encuentra en uno de sus últimos paseos por los pasillos del colegio: entre ellos, Victoria García Maese, profesora y antigua directora del centro; María José Diéguez , secretaria del Lope; Angelina Atencia, su actual directora, o Ana González, jefa de estudios.
Todas sin excepción asumen su partida por jubilación, pero reconocen que la presencia de Jose en el centro se echará en falta todos los días desde que, el próximo jueves inicie esa nueva vida que representa hacer otras cosas, bien distintas, y acomodarse a una nueva rutina que le llevará, de momento, a ir a ver a sus hijas a Guadalajara y pasar las navidades en familia.
Para todos ellos, ha realizado una labor muy importante, convirtiéndose en la memoria viva del centro en todos los aspectos, además de por el respeto que siempre ha mostrado por la institución.
Para Victoria, antigua directora del colegio, el jueves próximo será un día raro, pero aunque pierdan a un compañero, les queda un amigo.
Angelina Atencia, actual directora del Lope, comparte el sentimiento de tristeza por la despedida inminente de Jose que tiene todo el cuerpo docente del colegio: “Nosotros nos sentimos contentos por él, pero también sentimos tristeza porque es una labor muy importante la que él ha realizado en este centro durante muchísimos años. Yo llevo poco tiempo como directora, apenas un par de años, pero me he sentido muy protegida y arropada por él. El cole está triste”, afirma ya casi con cierta melancolía.
Aunque tienen el convencimiento de que Jose desea empezar su jubilación como el merecido descanso tras 47 años de trabajo continuado, saben que echará de menos el colegio y el colegio lo echará de menos a él.
“Llegar al colegio y ver la figura de Jose en la puerta es algo que representa nuestro centro. Jose es una persona entrañable , muy cariñosa, nunca ha tenido problemas con nadie: es el alma de las puertas del colegio”, afirma con rotundidad y confianza la secretaria del centro, María José Diéguez.
De esta forma, José Rodríguez, el conserje del CEIP Lope de Vega, se ha ganado a pulso de constancia y saber hacer, ser una figura de confianza, de gran valor, cuya falta se va a hacer notar por todos. Y así lo refiere Ana González, jefa de estudios del colegio: “Para mi Jose representa la confianza que se tiene en una persona, que está en la puerta, relacionándose con padres y con niños; esa confianza que tenemos con él, que tenemos en la seguridad de que su comportamiento va a ser impecable, que va a hacer siempre lo mejor para el centro, es un valor muy importante que vamos a perder”.
En este pequeño paseo, no podían faltar los pequeños, los alumnos del colegio. Cuando ven las cámaras se muestran emocionados por salir en la ‘tele’, pero Victoria, su profesora, les recuerda que Jose, su ‘guardián’ de la puerta, se jubila en breve. Sus semblantes giran hacia la tristeza y, cuando sale del aula, agitan sus manos despidiéndose. Ellos también lo echarán en falta, sin duda.
Jose les dice adiós en la seguridad de que, en breve, una parte muy importante de su vida se despide también. En su semblante también se atisba cierto halo de tristeza y es que el Lope ha sido su segunda casa : “Tengo ganas de irme, pero por otra parte no. Pues lo voy a echar de menos, claro que sí”.
El merecido descanso de un trabajador incansable
Jose recuerda que lleva más de 47 años cotizados, trabajando. Empezó en el Ayuntamiento, como pintor de tráfico, luego pasó tres meses en el CEIP Príncipe Felipe, desde donde lo trasladaron al CEIP Lope de Vega, su segunda casa y también, su segunda familia.
Es pregunta obligada si, después de tantos madrugones diarios, le gustaría dejar de tener esa obligación de levantarse con las primeras luces del alba. Jose afirma de forma rotunda que es un madrugador nato “yo estoy acostumbrado a madrugar; a las 4 ya estoy levantado siempre, todos los días”.
Y es que Jose sentirá nostalgia de su día a dia todos estos años, aunque asegura que al principio le costó mucho adaptarse al trabajo, al colegio, pero hoy no duda en definirlo como parte de su familia y su “segunda casa. tengo ganas de irme, pero por otra parte no, pues lo voy a echar de menos, claro que sí”, afirma.
En todos estos años, es de buen suponer que las anécdotas se pueden contar en un gran número, sobre todo con los alumnos, alumnos a los que este conserje cuyo último día de trabajo es mañana miércoles antes de su jubilación, conoce bien “Este colegio ha tenido alumnos muy buenos, otros no tanto... pero los echaré de menos a todos” y es que todo el Lope, con su más y sus menos, forman parte del recuerdo que, desde mañana, albergará en su corazón y formará parte de su memoria.
Felicidades José y disfrute de su jubilación, pero búsquese una ocupación, porque los primeros días se cogen con ganas, pero después se echa de menos la actividad y esos días se hacen muy largos sin tener nada que hacer y la nostalgia nos invade . Saludos cordiales.
De esos buenos profesionales de los que ya cada vez van quedando menos. Una persona que siempre ha sido super servicial, humana, cariñosa y atenta, y he sido alumno de ese colegio desde el 97 hasta el 2006.
Merecida jubilación Jose, espero que la disfrutes con los tuyos y te quedes siempre con el cariño de todos nosotros, los alumnos del Lope a los que cuidaste y también de esos padres a los que echabas un cable quedándote hasta las 14:30 (o más) haciendo tiempo.
¡¡Gracias!!