El Consejo de Ministros, a propuesta de la ministra de Defensa, Margarita Robles, aprobó recientemente mi nombramiento como nuevo Jefe del Mando de Canarias y con ello asumir esas nuevas responsabilidades que me confía desde otro lugar de nuestra geografía, pero afortunadamente muy ligado organizacionalmente a ésta, la que ha sido y será mi Comandancia General, mi Guarnición Militar y mi ciudad de Ceuta.
He vivido en esta españolísima y querida ciudad casi dos años, dos años no exentos de dificultades, pues a las habituales, hemos tenido que hacer frente a una dura pandemia y a una crisis fronteriza migratoria. Y en estas circunstancias he podido comprobar la entereza, el espíritu de superación, la tolerancia, la calidad humana y valía de sus gentes e instituciones.
La Comandancia General ha estado trabajando durante este tiempo en el marco de la Operación Balmis y ahora de la Operación Misión Baluarte para paliar los efectos de la pandemia y mejorar las capacidades de respuesta; ha colaborado con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en la gestión de la crisis migratoria; ha contribuido a la seguridad internacional participando en las misiones que desarrollan nuestras Fuerzas Armadas en el exterior; y ha continuado con sus cometidos de adiestramiento para seguir manteniendo sus capacidades operativas esenciales. Todas estas actividades no pudieran haberse cumplimentado sin contar con el recurso más importante que dispone la Comandancia General, su capital humano, los hombres y mujeres que la integran, con su impronta, su disponibilidad, entrega, talante y valía profesional. Y con ellos, los valores y tradiciones que profesan y sustentan la Institución Militar.
Hemos dado un paso adelante en la mejora de nuestras infraestructuras, nuestra Base Única sigue avanzando, en los medios de apoyo a la instrucción y adiestramiento disponibles, en los materiales y equipos, en la organización y racionalización de los procedimientos……. pero no somos complacientes y continuaremos en esa aspiración constante de la mejora continua.
Desde mis responsabilidades he intentado contribuir a ese progreso en las posibilidades y competencias de las Unidades que componen la Comandancia General y de los distintos organismos de la Guarnición Militar, para que pudieran ser un instrumento cercano, útil, moderno y resolutivo al servicio de nuestros convecinos y de nuestra sociedad.
Igualmente he tratado de colaborar estrechamente con las instituciones y entidades públicas y privadas civiles o religiosas de nuestra ciudad.
Deseo que las dificultades padecidas sean ya parte del pasado y que pronto la Comandancia General pueda compartir con nuestros convecinos las tradicionales actividades deportivas civico-militares y las paradas y desfiles militares con ocasión de efemérides señaladas, con total normalidad, tratando de compatibilizarlo con las exigencias de nuestra preparación.
Me marcho dejando una parte de mí en esta ciudad, a la que llevaré siempre en mi corazón junto a su Patrona.
Desde nuestras Islas Canarias, seguiré trabajando con denuedo para bien de nuestro Ejército y de España.
Un afectuoso saludo y hasta siempre
Comandante General de Ceuta GD.
Alejandro Escámez Fernández
Muchas gracias por su labor durante su mandato en Ceuta, mi general, que he seguido con mucho interés y entusiasmo. No han sido tiempos fáciles y usted ha demostrado su grandeza propia y la grandeza que tiene el ejército de España y muy particularmente el ejército en Ceuta en esta época de pandemia.
Dos veces he coincidido con usted y dos veces me ha impresionado, mi general. Soy muy feliz porque en su nuevo destino le tendremos de nuevo como nuestro genera, ahora general en jefe.
Dios le bendiga y nuestra patrona le proteja. ¡viva España!
Mi General, tal y como le he manifestado en diversas ocasiones de puño y letra y en la que me reafirmo con estas humildes palabras de subordinación, respeto, agradecimiento y gran estima, no puedo ocultar la profunda consagración por la labor materializada al servicio de España, y con las que se percibe un ayer cristalizado en el sentido del honor, el deber y la honradez inquebrantable.
Luego, difícilmente pueden ocultarse tantos sentimientos, hacia quién se ha entregado en cuerpo y alma a Su digna profesión, velando constantemente por sus hombres y mujeres para conquistar la máxima cohesión, firmeza y operatividad.
Fuerzas Armadas ubicadas en una superficie singular al otro lado de España y representadas por las Unidades de la Comandancia General de Ceuta, junto a Su primer Soldado que en todo momento nos ha insuflado la puesta en valor de aquello en lo que siempre ha creído con empeño: la excelencia profesional.
Esta es sin duda, la estela inconfundible que se hará imborrable en este trocito de tierra española, pero también, en muchos corazones como el de este Soldado considerablemente erosionado, que admira y agradece Su extraordinario amor sin límites ofrecido a España en Su persona.
Mi General, jamás olvidaré sus encomiables palabras rubricadas en las cartas que conservo como un tesoro, fechadas el 05/XI/2020; 17/XI/2020; 21/I/2021; 25/I/2021 y 28/VII/2021, respectivamente, con el propósito de dar continuidad a la impronta que esta digna profesión ha dejado esculpido en este Infante, con el pleno convencimiento que hoy más que ayer, pero menos que mañana, hacen perdurar sentimientos patrios concatenados a credos, decálogos, mandatos e idearios que abanderan sin complejos, la razón de ser de este Soldado.
Que Dios le bendiga y le conceda continuar enarbolando esos valores y virtudes, que cada día le hacen ser el ejemplo conjugado en la Honrosa Carrera de las Armas, deseándole los mejores parabienes, dichas y satisfacciones como Jefe del Mando de Canarias.
Quedo a las gratas órdenes de S.E.
Atentamente le saluda, testimoniándole la consideración más distinguida.
Alfonso José Jiménez Maroto