El titular del Juzgado de lo Penal número 2 condenó a la llamada S.B. por un delito contra la salud pública. Por esta causa también se persigue al llamado M.M.B., progenitor de la acusada, que se encuentra en busca y captura. Ella, que sí compareció, reconoció los hechos y aceptó la pena de 2 años de prisión, así como una multa de 11.256 euros con 3 días de responsabilidad civil subsidiaria de privación de libertad en caso de impago. A S.B. se le suspenderá la pena por el periodo de 3 años, pero tendrá que cumplir dos requisitos: no delinquir durante ese periodo y el pago de una multa de 300 euros.
Los hechos a los que se hizo referencia en esta conformidad ocurrieron en diciembre de 2019. La acusada que iba conduciendo un vehículo propiedad de su padre y que le acompañaba de copiloto, de común y previo acuerdo, decidieron sobre las 9:15 horas cruzar la frontera del Tarajal con pastillas de Rivotril. Al infundir sospechas a los agentes de la Guardia Civil que se encontraban trabajando en el paso del Tarajal les requirieron para la inspección meticulosa del vehículo.
Tras una inspección mucho más detallada, los agentes encontraron en el interior de la palanca de cambio 160 tabletas con un total de 2.400 pastillas de Rivotril de 2 miligramos con un principio activo de etizolam y diclazepam. Ese total de pastillas tiene un valor de mercado de 11.256 euros y que previamente la acusada le había proporcionado a su padre, en busca y captura, y que ambos pensaban destinar a la venta o donación de terceras personas.
Ahora, una vez la Policía dé con el paradero del otro acusado, que se encuentra en busca y captura, será presentado ante el juez y tendrá que explicar lo sucedido en ese día o reconocer los hechos como lo hizo este lunes su propia hija.
Huyyyyyyyyy. 2 años. Se ha librado del talego por un dia. Como calculan nuestros jueces Qué máquinas.