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La mujer, de la localidad marroquí de Rincón, rompió aguas en plena calle sin que diera tiempo a llegar al hospital. La madre y la niña están bien
Cuando Antonio Palma ha salido esta mañana de su casa para ir a trabajar no pensó que lo primero que iba a hacer hoy era traer una vida al mundo. En la calle González Besada se encontró con una mujer embarazada que se sintió mal repentinamente. Le dijo que se había puesto de parto y no dio tiempo a nada más. La pequeña bebé tenía prisa por nacer.
Le había ofrecido llevarla al hospital en su coche, pero la niña nació allí mismo. Antonio Palma es técnico sociosanitario y nunca se había enfrentado a una experiencia similar. Destaca que la Policía Local y la ambulancia del 061 llegaron muy rápido y pudieron asistir a la madre y a su hija rápidamente.
Nada más coger a la bebé la envolvió en una manta, “le toqué un poco la boca y rompió a llorar”, explica. “Gracias a Dios que era tempranito y no había mucho tráfico, la Policía y la ambulancia han llegado muy rápido, aunque para mí en esos momentos los minutos se hacían eternos”, comenta entre risas.
La madre y el bebé están bien. Ella es de la localidad marroquí de Rincón y es el segundo hijo que tiene. Ambos están descansando en el hospital. La ambulancia del 061 la trasladó rápidamente y, de hecho, uno de los sanitarios estuvo hace apenas una semana atendiendo un parto similar en la frontera de Benzú.
Pero para Antonio Palma esta experiencia es hasta el momento única y extraordinaria.