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Pasadas las 11.00 horas, los buzos y la grúa sacaron el vehículo del agua
Mientras llegaba al muelle número dos del puerto la grúa y los buzos para la extracción del coche, la comitiva judicial, con el juez de guardia y los agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil comenzaron a recabar testimonios a testigos presenciales de los hechos, especialmente, a los trabajadores del puerto, de la naviera, marineros y los agentes de la propia Benemérita allí destacados en la mañana de ayer. A las primeras declaraciones y testimonios, le siguieron las pruebas recabadas en el vehículo en el que viajaba el fallecido.
Los buzos se sumergieron hasta siete metros de profundidad, el calado del muelle, para colocar las cadenas que engancharían el vehículo para sacarlo del agua. La grúa procedió a la extracción en una maniobra impecable si bien no exenta de cierto riesgo. Con la precisión de un cirujano el vehículo siniestrado fue colocado en el cantil del muelle donde los agentes del Instituto Armado procedieron a su inspección para recabar las pruebas que pudieran ayudar a esclarecer lo ocurrido en la mañana de ayer.
Testigos presenciales comentaron a este periódico que algunas de las personas que estaban a bordo del ferry vieron al vehículo precipitarse al agua sin que se encendieran las luces traseras de frenado, otros apuntaron a que al malogrado conductor pudo despistarse porque aún era de noche en el momento del desembarque... Precisamente, por las distintas impresiones y testimonios de los testigos, la investigación está abierta a todas las hipótesis hasta poder ir concretando alguna de ellas. Es por ello que los investigadores, dirigidos por el juez instructor, tomaron declaraciones en el lugar de los hechos para poder recabar al máximo detalle lo ocurrido sobre el terreno. Además, los encargados de la investigación podrán contar también con las grabaciones del sistema de videovigilancia del puerto que podría también arrojar luz a este suceso.