La concentración de miles de personas en Ceuta con el único ánimo de escapar a la Península alimenta los negocios de los que se surten las pequeñas redes de inmigración ilegal. Son muchas las embarcaciones que son interceptadas bien por la Guardia Civil o bien por Salvamento Marítimo, pero son más las que consiguen cruzar el Estrecho, algo que se verifica por la cantidad de fugas de aquellos que siguen ocupando los asentamientos desperdigados por la ciudad.
No hay un número oficial, pero las huidas se aprecian en los propios asentamientos
Esas escapadas se cuentan en miles de euros, es la traducción económica de esas salidas. Los pasadores cobran hasta 2.000 euros por pase en embarcaciones, cifra que se duplica a los 4.000 en el caso de que se trate de lanchas deportivas. El negocio existe y quienes están haciendo el agosto también. Se han practicado algunas detenciones, pero otros se han escapado de ese control policial que tiene que luchar con la enorme presión derivada de la cantidad de embarcaciones que hay en el mar y de la vigilancia constante que se lleva a cabo desde ‘miradores’ perfectos para quienes quieren cometer delitos como es el caso del puerto deportivo.
Al margen quedan los kayak que son adquiridos en cualquier establecimiento por quienes, por sus propios medios, intentan cruzar al otro lado.
Las fuerzas de seguridad no contabilizan a los escapados, solo a los interceptados, pero estiman que son bastantes los que están saliendo que consiguen su objetivo o de los que nunca se conoce el paradero final.
Kayaks, adquiridos por quienes no pueden pagar una plaza en una de esas embarcaciones
Los asentamientos constituyen un claro referente de ese nivel de escapadas y los que se quedan son quienes cuentan las historias de las salidas nocturnas de compatriotas, evitando eso sí hablar de pasadores. En todos los casos pareciera que las salidas las hacen solos los propios inmigrantes, cuando hay constatación oficial de que son pilotos los que se están dedicando a traficar con personas para ganar dinero. Se han dado varios servicios en los que ese pasador se infiltra como inmigrante para evitar su detención.
Bandas organizadas y ong que se encargan de introducirlos en la península y encima cobrando subvenciones que pagamos todos los españoles asi va el país, inseguridad y cambios que iremos viendo en estos años que ya pagaremos. Y otra cosa prepararse para adaptarnos a otras costumbres que las nuestras se iran perdiendo.....