Entrar a trabajar en una entidad financiera era como tocarte la lotería. Tenías un buen sueldo para toda la vida y un convenio laboral que permitía a los empleados vivir dignamente. Se podría decir que “eran otros tiempos” porque llevamos algunos años observando cómo la política de los banqueros españoles iba cambiando y, fruto de ese cambio, nos encontramos que una entidad bancaria con miles de millones de euros de beneficio ha decidido poner de patitas en la calle a 8.291 trabajadores.
La fusión de CaixaBank y Caja Madrid o Bankia -como queramos llamar a esta entidad- ha sido la excusa para dejar en el paro a ese número de trabajadores, 16 de ellos ceutíes. Sólo un apunte más, que todo el mundo sabe, pero conviene recordarlo: Caja Madrid o Bankia fue rescatado o reflotado con dinero de todos los españoles. Un apunte que hago sin ser experto en la materia, pero los telediarios no paraban de recordarnos el famoso rescate de dicha entidad bancaria. Rescate es la palabra que utilizaban, aunque nos suene mal.
Algunos se preguntarán ¿qué hace un guardia civil criticando esta fusión? Pues lo que deberíamos hacer todos los españoles, sobre todo los que somos clientes o depositarios de lo poco que tenemos en esa entidad. Primero, porque como trabajador y español no me gusta que dejen en el paro a trabajadores cuando la empresa ha ganado en el último año 1.381 millones de euros -según la prensa- y segundo, porque de un tiempo atrás hemos perdido calidad en el servicio en algunas entidades financieras, porque tienen las oficinas bajo mínimos y nos las vemos más que morados para solventar cualquier incidencia de nuestras cuentas.
El próximo 22 de junio Comisiones Obreras y otras organizaciones sindicales han convocado una manifestación para protestar contra los despidos forzosos y contra los recortes de las condiciones laborales, aunque deberían añadir también, contra el recorte del servicio a los usuarios, porque como decía, tienes muchas carencias. Deficitario, porque no es la primera vez que alguna anciana al vernos vestidos de guardia civil se acerca para que le hagamos el favor de sacarle el dinero del cajero automático, porque “se lían” para hacer la operación y deficitario, por las largas colas para poder solicitar cualquier información.
Los clientes de estas entidades tenemos motivos de sobra para mostrar nuestro rechazo a estos recortes. No debemos caer en el error de quejarnos los unos con los otros en las colas de los cajeros o guardando cola para hacer otra gestión en el interior del banco. Cierto que igual no conseguimos nada, pero resignarse a perder servicios o resignarnos a ver cómo pierden sus puestos de trabajo no es el camino.
No quiero desaprovechar la ocasión para felicitar a los trabajadores de la sucursal con la que trabajo, porque se dejan la piel en su oficina ayudando a los clientes que lo necesitan y, por supuesto, mostrarle mi solidaridad, cariño y apoyo a todos los trabajadores que deberían estar pasando un feliz domingo con sus familias y por este ERE injusto, desde mi punto de vista, estarán preocupados por su situación laboral.
“Ni nos domaron, ni nos doblaron, ni nos van a domesticar”. Éste fue el famoso lema de Marcelino Camacho. Que no lo consigan. Fuerza y mucho ánimo.
la justicia europea ha ido poniendo en su sitio la práctica bancaria. Ha habido muchas operaciones que después han sido anuladas por la justicia española. La banca se resintió y proyecta su debilidad en el colectivo más débil. Sobran bancos y lo digital es incompatible con la atención personal.