Mohamed Chefraou fue uno de los primeros marroquíes que se echó al agua para intentar llegar a la ciudad autónoma a nado la madrugada del 17 de mayo. Lo hizo desde Beliones y calcula que pasó “tres horas y media” en el mar intentando superar el espigón de Benzú combatiendo “contra la muerte” con forma de olas embravecidas.
Al pisar territorio español fue atendido por personal de la Cruz Roja, la entidad que durante años dio nombre el hospital local en el que nació a las 19:30 horas del 17 de febrero de 1997.
Hijo de Samira y sin padre conocido, Chefraou había vuelto a emprender el viaje a la Península que no había podido completar hace casi dos años, cuando se matriculó en el IES Miguel de Cervantes de Murcia para estudiar un Ciclo Formativo de Grado Superior de Programación de la Producción en Fabricación Mecánica.
El joven esperaba completar allí la formación que había alcanzado en Tetuán en el Instituto Español Juan de la Cierva, donde en el verano de 2018 terminó con notable un Ciclo de Grado Medio de Mecanizado y, antes, obtuvo el título de Graduado en Educación Secundaria Obligatoria.
Chefraou se tituló en FP con notable en Tetuán y aspiraba a estudiar en Murcia
Su proyecto vital encalló cuando no pudo viajar a Murcia para continuar su formación profesional y en Marruecos empezó a encontrarse “mil problemas para conseguir trabajo en muchos sitios porque en mi pasaporte pone nacido en ‘Ceuta (España)”.
La noche en la que Marruecos desató una avalancha de ciudadanos sobre la ciudad autónoma se desplazó hasta Beliones e intentó retomar a riesgo de su vida su camino hacia un porvenir mejor.
Nada más lejos de la realidad. “Desde que Cruz Roja me atendió en la playa de Benzú me llevaron a una nave del Tarajal en la que la Policía revisó mi documentación y me metió en los calabozos de la frontera, donde pasé tres días hasta que, el jueves, me expulsaron a Marruecos junto a otros alrededor de 40 varones”, recuerda Chefraou en conversación telefónica con ‘El Faro’ desde el otro lado de la frontera.
“Nadie me preguntó por mi situación ni me dio opción a solicitar asilo y una vez en Marruecos tampoco nos preguntaron si volvíamos voluntariamente o no: nos metieron en una autobús y nos devolvieron a Tetuán”, rememora.
Su pesar mayor es no haber podido hacer “nada” de lo que pretendía en Ceuta, ciudad a la que solía acudir a trabajar en cada Feria y en cuyo Registro Civil debe personarse si necesita una partida de nacimiento. “Mi libro de familia es español y yo nací en España, estudié en un colegio español y hablo castellano”, subraya el joven, que considera que con su perfil las autoridades y las Fuerzas de Seguridad deberían haber tenido más atención.
“Tenía la esperanza de poder acceder al CETI o ponerme en contacto con la familia y los amigos que tengo en la ciudad al menos mientras pudiese arreglar mis papeles y desde luego no quería regresar a Marruecos, donde no tengo ningún derecho”, denuncia Chefraou, que ahora reconoce “no saber qué hacer” de nuevo con su vida, si volver a “jugársela” para intentar regresar a la ciudad en la que nació y de la que salió recién nacido “sin papeles”, como tuvo que volver a hacer hace dos semanas y media en el marco de una expulsión que con el paso de los días el Reino alauita ha dejado de admitir para aceptar sólo a quienes retornan por deseo propio a su país de origen
Me importa un pimiento. Para Marruecos.
SI ERS NACIDO EN CEUTA ERES ESPAÑOL QUERAMOS O NO O CEUTA NO ES ESPAÑA?