“De Dios somos y a Dios regresamos”. Es el mensaje que reza bordado sobre la tela verde que cubre los ataúdes de los dos marroquíes fallecidos en las últimas horas, y que han sido enterrados este domingo en el cementerio de Sidi Embarek sin haber sido identificados. Queda la esperanza de que se logre.
Del cuerpo recuperado del mar en el Tarajal, se presume que podría ser un menor de edad, de los grupos más alejados de la zona norte que fueron cargados en autobuses alentados por falsedades, por mentiras con las que se instaron a cientos de niños a cruzar el espigón fronterizo. Por su apariencia física podría tener unos 16 o 17 años, pero las gestiones emprendidas para dar con familiares o conocidos han sido hasta el momento infructuosas.
Este domingo ha sido enterrado al lado del marroquí, de unos 20 años, que murió en el Hospital, después de haber sufrido graves heridas al precipitarse del muro ubicado donde la estatua de Hércules, en el puerto. Se estaba grabando un vídeo con el que celebraba el haber cruzado a Ceuta, con vistas a llegar a la Península en alguno de los barcos. La caída fue tan brutal que no pudo superar las graves heridas, falleciendo horas después en la UCI. La Policía Nacional trabaja en intentar cotejar la documentación que portaba para verificar que es la suya y no la correspondiente a otra persona. Fruto de esas gestiones se podrá concretar su verdadera identidad.
Solo 24 horas después del entierro del vecino de Castillejos llamado Sabir, se ha procedido a dar el último adiós a estas dos víctimas más de la inmigración, en unos momentos de auténtica presión en una Frontera Sur que ha vivido lo más duro que se recuerda en mucho tiempo, con miles de personas sometidas al más puro chantaje extremo ejercido por Marruecos.
La Funeraria Al-Qadar ha procedido al traslado de los dos ataúdes hasta Sidi Embarek en donde, tras el rezo, han sido enterrados. Los tres, coincidencias del destino, descansan en tumbas próximas.
D.E.P. y el mojame sesto a su bola .