Lo siento, pero las palabras son palabras y siempre se las lleva el tiempo... El amor no es un poema donde las palabras se juntan para decir: «Te amo más que a mi vida». El amor, no sólo son deseos, caricias, cariño, pasión y entrega...
El amor, para hablar claro y a bocajarro, y para que lo entendamos tú y yo y los demás, es «necesitar» a la persona que amas para caminar con ella, cada mañana, cada tarde y cada noche... Y, necesitar dormir en tus mismas sábanas y hacer el amor mientras alumbre la luna...
Sí; el amor no son palabras que rimen en los versos de un bonito poema. El amor es sentir que tu mujer te pertenece y, ella comprenda, que es tuya como tuyo son los astros azules en la noche...
¡Ah, el amor!... El amor son los besos y el roce con la mujer que amas hasta la locura... Y, eso, amigos, es sentir la "necesidad" de la mujer que amas más allá de las palabras e incluso del mismo sentimiento del amor...
Sí; el amor vertido en esto 100 poemas de amor dedicados a ti, Araceli, 100 poemas errantes cargados de la tristeza de tu ausencia. 100 poemas de amor escritos a golpes de soledad y de sentimientos… No; no puedo regresarte, ni tocar tu cuerpo exultante con mis manos y sentir el fuego del erotismo de tus ojos y de tu boca.
No; es verdad, no puedo regresarte; sin embargo, si puedo sumergirte como un pájaro de alas infinitas en lo más profundo de tu alma y viajar eternamente en el cosmos detrás de tu estela hasta que consiga alcanzarte ante la presencia inalcanzable de Dios… Y, él tendrá que unirnos para siempre en un nuevo ser, en un nuevo tiempo, más allá de la distancia y las horas y de la misma vida…
Aquí os dejo algunos de los poemas que hemos escrito en su memoria y en su recuerdo:
16
COMO UNA ENREDADERA…
«A ti, Araceli, mujer de fuego…»
Abrazada a mi cuerpo
como una enredadera,
mi mirada viaja prisionera
a tus ojos negros y grandes…
Tu boca, roja de pasión,
en mis labios deseantes
de tus besos inalcanzables.
Y, mis dedos de fuego,
trepando la exultante
y la larga cordillera
de tu cuello y tus pechos…
¡Ah!, sí, la alta cordillera
de tus blancos pechos
-manantial de miel-,
que no cesa nunca;
ni en las horas tristes,
aciagas, del desamor.
Del valle infinito, verde,
que florece de pasto
en tu espalda incólume,
y, al cabo, en la frontera
de la curva de tus caderas
y en la locura del deseo
de tus vírgenes íngles,
se abrasan en la llama
de tus ardientes muslos,
que, como acantilados
-perdidos en la bruma-,
se precipitan al fondo
del mar, del alma cautiva
del alma enamorada…
21
ESTAMBUL,
MAS ALLÁ DE TODO…
“Tu alma, amor, es una corola de
jazminesque hace con su olor
imposible tu olvido…»
Navegaste por el Mediterraneo
de punta a punta desde Algeciras
a Estambul -como dicen los versos
de la canción de Joan Manuel- Y,
las mañanas eran claras y suaves;
y las noches sembradas de estrellas
que cubrían de reflejos tu alma…
El “Vega de Danubio” arrumbaba
al Bósboro dejando atrás espumas
blancas y estelas de millas náuticas
esperando arribar al Mar Negro…
Al alba te desperté para que vieras
Estambul alumbrada a la primera luz.
Subiste al puente, y tu bello rostro
de mujer morena del Sur, se traslucía
entre los minaretes de la mezquita
Azul y la catedral de Santa Sofía…
Y, te amé más que la propia vida,
más que a Dios, más que a mí mismo…
Sí; Araceli, en ese instante tú eras
el mundo y la vida, más alla de todo,
más allá de todo acto y del olvido,
más allá de mis besos y el erotismo
de tu cuerpo, más alla de la muerte…
34
YA NO TE VERÉ MÁS…
¡Ay, niña! ¡mi amor!
que me voy a la mar,
triste y desconsolado
y ya no te veré más…
¡Ay, niña! ¡mi amor!
Que me voy a la mar,
diles a los ríos de plata
que ya no vendré más…
¡Ay, niña! ¡mi amor!
que me voy a la mar,
canta a los verdes valles
que ya no los pisaré más…
¡Ay, niña! ¡mi amor!
que me voy a la mar,
canta a los altos montes
que ya no los subiré más…
¡Ay, niña! ¡mi amor!
que me voy a la mar,
anuncia a los pájaros
que ya no los oiré más…
¡Ay, niña! ¡mi amor!
que me voy a la mar,
ora en la vieja ermita
que ya no rezaré más...
¡Ay, niña! ¡mi amor!
que me voy a la mar,
di a la luna y a los astros
que ya no brillaran más…
¡Ay, niña! ¡mi amor!
que me voy a la mar,
viaja con la brisa de sal
a dónde yo pueda viajar…
¡Ay, niña! ¡mi amor!
que me voy a la mar,
triste y desconsolado
y ya no te veré más…
37
SIN TI…
«Nada te turbe,
Nada te espante,
Todo se pasa,
Dios no se muda.
La paciencia
Todo lo alcanza;
Quien a Dios tiene
Nada le falta:
Sólo Dios basta…»
Santa Teresa
Sin ti, Araceli, todo es silencio,
nada se muda, nada se allega…
Sin ti, Dios no existe, ni se alcanza,
nada me turba, ni me conmueve…
Sin ti, todo es obscuridad y vacío
en las altas cumbres del alma…
Sin ti, las cordilleras nevadas
se dibujan estériles y desiertas…
Sin ti, los feraces valles de Oriente
se agrandan estériles y baldíos…
Sin ti, amor, mi cama es ancha,
como canta en sus versos Serrat …
Sin ti, los cielos se agigantan
y se retuercen gritando tu nombre…
Sin ti, la vida no vale nada
en la vaciedad de nuestros actos…
Sin ti, los astros giran tristes
en la vastedad de sus órbitas…
Sin ti, el cosmos inalcanzable
se hace finito en el leve cuenco
de las manos que te acariciaron…
Sin ti, los pájaros viajan sin rumbo
de árbol en árbol hasta agotarse,
Sin ti, el crepúsculo se desangra
en una llama de ardiente fuego,
Sin ti, las horas son interminables,
no tienen tiempo ni sentido…
Sin ti, la existencia es un teatro
donde los actores son
sólo sombras…
Sin ti, amor, la vida es un acto
fallido, donde todo se para y cesa…
Sin ti, Araceli, todo es espanto
y desolación en tu recuerdo eterno…