Proteger el patrimonio de Ceuta es una obligación de todos. Primero de las instituciones, después de los ciudadanos. Lo que ahora se conserve será el legado que hereden nuestros hijos, símbolo de una historia que ha conseguido burlar el paso del tiempo.
Incongruentemente hay espacios que parecen mecidos en el olvido. Su degradación avanza, erigiéndose en un azote a nuestras conciencias por un mantenimiento inexistente. El conjunto de edificios que integra la Comandancia militar de Obras, en la zona de Maestranza y Cortadura del Valle, constituye uno de esos tesoros que va perdiéndose a la vista de todos. Tesoros que provocan que los eternos luchadores por el mantenimiento de nuestro patrimonio local sigan alzando la voz, sin caer en el hartazgo.
Y no solo alzan la voz, también ofrecen propuestas. Para el presidente de la asociación Septem Nostra, José Manuel Pérez Rivera, si importante es salvaguardar los edificios que integran la Comandancia de Obras, también lo es proteger el amplio patrimonio industrial que se guarda en los antiguos talleres. “Está todo inventariado, sería un magnífico museo para mostrar ese patrimonio industrial”, explica Pérez Rivera a El Faro.
“En la nave central que acogía los antiguos talleres disponemos de una colección impresionante de maquinaria del pasado siglo, forma parte de nuestro patrimonio industrial, con piezas de todo tipo”, detalla. “Disponemos de un espacio diáfano que serviría para museo restaurando el edificio. Merece la pena que no se pierda ese patrimonio, que se le dé un uso cultural”. A la sede de la antigua Comandancia se suma este espacio de talleres cuyas piezas fueron inventariadas en un taller de empleo que puso en marcha la Delegación del Gobierno.
Sobre el escudo masónico que se conserva en uno de estos edificios ha escrito mucho y bien el investigador Francisco Sánchez Montoya, cuyos trabajos han ayudado a conocer lo que es un auténtico tesoro para el que ha pedido protección y salvaguarda. “El escudo masónico fue asentado en la parte posterior del edificio, construido entre 1925 y 1929, (según unas vistas aéreas y fotos de su construcción) su visibilidad por el viandante es muy complicada, seguramente por eso ha pasado desapercibida y no fue destruido tras el golpe militar en julio del 36, con la persecución a los masones ceutíes, donde 27 fueron fusilados y cerca de 200 represaliado”, explicaba Sánchez en un reportaje publicado en este periódico.
Talleres, el escudo masónico y más, mucho más, como la zona que sí está considerada de interés cultural que hace esquina con Juan I de Portugal, apoyada sobre la antigua muralla de la Cortadura del Valle, sobre la que se reclama una protección que evite su pérdida con el paso del tiempo.
Ceuta acumula tesoros más o menos a la vista que, de perderse, constituirá todo un atentado a una historia que nos entregaron los antepasados con el fin de seguir una cadena que no se rompa nunca para, sencillamente, entender lo que fue esta tierra.
Otra dejadez del ministerio a quien pertenece, y van muchos abandonos en esta ciudad.