(Decibamus hesterna die). Estas fueron las palabras de Fray Luís de León al ocupar de nuevo su cátedra después de haber estado encarcelado durante largo tiempo.
Yo también estuve preso, pero la celda que ocupé tenía unos barrotes invisibles aunque inexpugnables; una depresión en la que navegué por los infiernos inefables. Ya os contaré, ese es otro tema caleidoscópico.
Vuelvo a esta sección, aprovechando el periodo vacacional, para dar la bienvenida a todos los conciudadanos que han dejado nuestra tierra estos días. Llegarán el domingo llenos de energía renovada después de este periplo quincenal en la Península y, en otros casos, allende los mares.
Me imagino que no habréis tenido problemas con el salvoconducto y que las visitas a los médicos y hospitales para las pruebas diagnósticas habrán sido positivas, que vuestras familias lejanas a las que teníais que cuidar, se encuentren llenas de salud y hayan disfrutado de la esperada compañía.
Cinco mil ceutíes volveréis entre hoy y mañana. Las calles de la ciudad recuperarán su color cotidiano en ese ir y venir por las calles y callejones. Los Colegios e institutos abrirán sus puertas, los alumnos tendrán preparadas sus aulas y tocarán, como ahora están tocando, las campanas del campanario ( rememorando el poema de Juan Ramón Jiménez “ y yo me iré, y se quedarán los pájaros cantando”).
Los que no pudimos enmbarcarnos no tendremos más remedios que daros malas noticias:
La pandemia sigue en una progresión geométrica. Los test de antígenos son el pan nuestro de cada día, los confinados suman cifras espectaculares, algunos grandes almacenes, bares y restaurantes rastrean a clientes por haber estado en contado con personas infectadas, los servicios de salud siguen funcionando online o con cita previa a muchos días de espera. La Administración del Estado, servicios del Ayuntamiento, bancos, etc, siguen citando a los usuarios a cuenta gotas.
Los autobuses urbanos, que andan hasta los topes, han reducido su plantilla al 50%; eso no ha cambiado.
Veremos el lunes los recuerdos que traéis a vuestro pueblo.
Las autoridades sanitarias recomiendan que es conveniente haceros la PCR, es completamente gratuita.
No tengáis nostalgia de estos pasados días azules que habréis disfrutado alguno de vosotros en la montaña o en sitios idílicos; hay un puente cercano y, con el mismo salvoconducto, embarcaréis de nuevo.
Os haremos la ola. Ya, ensayando la cuarta y preparados para la quinta.
Seáis siempre bien hallados.
Si supiéramos defendernos, no tienen derecho a quitarnos la libertad. Las mascarillas no pueden ser obligatorias y como esto, muchas mas cosas que nos han impuesto por la cara. Nadie ha visto al bicho, ni saben como es, por donde viene, o r donde va, si sale por las noches o por el día,. Todo mentiras para cambiar el ritmo de vida que mas o menos nos hacia mas felices que ahora
No hay contradicción... Junta a 300 personas en un barco que vengan de distintos destinos y ahí tienes el cóctel ... Por cierto, todo ellos con FALSEDAD DOCUMENTAL.
Señal evidente de que la situación actual en la ciudad no tiene su causa en los que se fueron salvo que el virus se transmita por correo en formato pdf.