Los niños en Ceuta tienen hoy a su alcance muchas más posibilidades de entretenimiento —a menudo a través de pantallas— que antes, pero eso no significa que no lean. Al contrario; hay decenas de pequeños lectores voraces que cuando llegan a una librería se pasan horas para elegir una obra. Porque se comprarían todas. Y este viernes celebran algo importante para ellos: el Día del Libro Infantil y Juvenil.
Lo que sí ha cambiado es la temática estrella. “Hay un boom, que no tiene fin, que son los youtubers”, anuncia José Bentolila, propietario de ‘Librería Sol’. Tanto como firmantes de las obras —autobiográficas o de aventuras— como nueva profesión de los personajes protagonistas y se dirigen a niños y adolescentes. Los más populares son Cloudett, Daniela Goluveba, El Rubius, Willy Rex o Vegetta; así como la tiktoker Charli d'Amelio.
En los últimos años, observa África García, de 'Librería Tótem', ha surgido otra tendencia dirigida a los pequeños: libros que versan sobre la gestión de las emociones. ‘Estoy muy enfadado’, de Begoña Ibarrola; ‘¡Hoy voy a tener un buen día!’; o ‘Cuentos para quererte mejor’, de Álex Rovira son algunos de los más demandados ahora.
Pero también continúan vendiéndose ‘Los diarios de Greg’, la saga ‘Harry Potter’ o los clásicos de Disney. Hay una serie nueva, apunta Bentolila, de 61 años, que está cosechando éxito: ‘Perro apestoso’, de Colas Gutman. “El que lo lea se va a hartar de reír y va a pasar un rato muy bueno”, adelanta el librero. La compran padres para leerles a sus hijos o que lo disfruten los propios chiquillos a solas.
Los beneficios de la lectura
“A mí me encantaba Julio Verne, me gustaban mucho Emilio Salgari, Robert Louis Stevenson, Dickens… Hoy parece que no tiene mucho tirón entre los jóvenes, aun y todo sigo recomendándolos porque son clásicos que creo que no deberían faltar en la biblioteca de una casa con niños”, defiende José Bentolila.
África García confiesa que intenta animar a los niños a probar con “colecciones clásicas”, con ‘Mujercitas’, varios títulos de Roald Dahl, o ‘La historia interminable’ y ‘Momo’, de Michael Ende. Pero ahora no falta oferta. Hay un gran número de autores de literatura infanto-juvenil y muchos otros escritores reconocidos por su producción para adultos que se han adentrado en el mundo de los niños, como el novelista Juan Gómez Jurado, que ha publicado junto a Bárbara Montes la serie ‘Amanda Black’.
“Desde hace ya tiempo los padres van comprando libros a los niños desde muy chiquitos”, reflexiona García. La librera asegura que han llegado a pedirles libros para bebés de dos meses: “Y es lo que hay que hacer, introducirles desde muy pequeños para que se acostumbren”. Todo lo que ofrece la lectura, apostilla, es “beneficioso” para los niños. “Les amplía la imaginación, el vocabulario, les da mejor ortografía y forma de expresarse...”, enumera África García.
“Es importante por muchas cosas, pero sobre todo en lo que va a ayudar es en el estudio”, opina Bentolila. El librero asegura que a él le facilitó entender las lecciones de Historia o Literatura; un pequeño menos lector, añade, “lo va a tener más difícil”.
“Las personas que no han leído nunca descubren que hay una cosa maravillosa en el mundo que es el libro: te abre ventanas hacia un infinito de películas que tú mismo empiezas a crear en tu imaginación”, asegura Luis Fernando Domínguez, empleado de la Librería Sol. La lectura es un placer que atrapa a personas de todas las edades.
Domínguez señala que el público infantil es variopinto: “Hay críos que tienen mucha avidez por la lectura y sus padres se vuelven locos a ver qué libro le cogen, porque a pesar de lo joven que es, gracias a la lectura va muy por delante de muchos compañeros de su clase”. Cuando en una familia hay un pequeño de estas características, agrega, sus progenitores “se vuelven locos” y les quieren dar todo. Pero también acuden a la tienda otros chiquillos “más remolones”, alentados por las lecturas obligatorias o recomendadas del colegio.
“Yo siempre les dejo la libertad de que cojan el libro que les guste, pero suelen ser educados y ordenados. A lo mejor no tanto los mayores, que hay de todo. Pero los niños suelen hablar pidiéndome permiso y diciéndome ‘por favor”, garantiza África García.
Los libreros confirman que, con el confinamiento del primer estado de alarma y el desarrollo de la pandemia, niños, jóvenes y adultos leen más. “Ha habido un ligero aumento, quizá por el interés de los padres en mantener a los niños más tranquilos, y de los padres también, no se puede salir tanto”, supone Domínguez. Bentolila cree que de la situación han podido salir nuevos amantes de la literatura, pero considera que en España existe una descompensación en los hábitos de lectura. “El que lee, lee mucho, y hay quien no lee del todo. Otros le llaman leer a ver las revistas del corazón”, lamenta. “Lo que entra en una casa es sintomático”, declara Luis Fernando Domínguez. La afición, expone, suele transmitirse de padres a hijos y en los hogares donde se lee es más fácil que los pequeños también lo hagan; “los chicos siempre se fijan en sus padres”. “El tiempo mejor empleado del mundo es el de leer, entretenerse. Y por suerte hay muchos libros y muy buenos en las tiendas”, concluye Domínguez.