Nadie debería querer ni poder adueñarse de la palabra LIBERTAD, pues al hacerlo van en contra del sentido más auténtico de la misma, pues ésta debe ser de todos y no pertenecer a nadie; como nadie debería adueñarse de la BANDERA, pues al hacerlo, la convierten en “un trozo de tela triste”, como diría Jorge Drexler, a lo que podríamos añadir, en un arma arrojadiza, en lugar de un símbolo de integración e identidad; tampoco debería adueñarse nadie del concepto de ESPAÑA, pues quienes lo pretenden, pueden llegar a caer en el triste y dramático pasado del “una, grande y libre”, frente a una España cuya riqueza debe estar basada en su diversidad y pluralidad cultural. Quienes todo esto pretenden, quizás utilicen la libertad, la bandera y España, como conceptos que puedan servirles para tapar posibles corruptelas, ocultar clientelismos y disimular nepotismos; en cualquier caso, lo hacen de una forma excluyente, dejando fuera a todas las personas que tenemos un pensamiento discrepante, distinto, sin que por ello tengamos que ser, o sí, comunistas, socialistas, nacionalistas o independentistas, por no decir, ser tachados de populistas, peligrosos radicales, extremistas, bolivarianos o filo terroristas … sino simplemente ciudadanos con capacidad de decidir con pensamiento propio y, a ser posible, crítico.
En la palabra LIBERTAD debemos caber todas las personas, independientemente de nuestras creencias, planteamientos políticos o concepciones sobre la vida; a partir de disponer de unas condiciones laborales, sanitarias, educativas, de vivienda o de seguridad básicas y de calidad. ¿Se puede ser libre sin disponer de estas condiciones? ¿Qué sentido tiene la libertad cuando no puede ejercerse a partir de ellas?
La LIBERTAD es, sin duda, una bella y gran palabra, sublime; en nombre de ella se han cometido grandes barbaridades en la Historia, a la vez que se han producido importantes progresos políticos, económicos, sociales y culturales. También ha sido una palabra vapuleada, manipulada y maltratada a lo largo del tiempo, en España y en otros muchos territorios, en tiempos pasados y presentes… es una palabra utilizada como justificación de enfrentamientos entre pueblos, guerras, conquistas, construcción de muros, fronteras y vallas… en nombre de una supuesta LIBERTAD se han recortado y se recortan libertades y derechos…
Miremos la Historia contemporánea de España, siempre que se atisbó un rayo de democracia, de LIBERTAD, los que detentaban el poder desde tiempos ancestrales, lo abortaba, así, podríamos hablar del Trienio Liberal (1820-1823), la Gloriosa (1868), la Iª República (1873-1874) y, sin duda, la situación más palmaria y reciente, la IIª República (1931-1936) con la dramática Guerra Civil (1936-1939) y la posterior dictadura franquista (1939-1975), cuya sombra sigue alargándose en la actualidad; tras la recuperación de la democracia, de la LIBERTAD, durante la Transición, se intentó abortarla de nuevo con el golpe de estado fallido del 23 de febrero de 1981, precedido de intentonas menores….
¿De qué libertad nos hablan los que ahora la esgrimen como eslogan electoral? No parece que sea la que han cantado, simbólicamente, José A. Labordeta (Canto a la libertad), Nacha Guevara (Yo te nombro… libertad), Jarcha (Libertad sin ira) o Joan M. Serrat (Para la libertad), musicalizando al poeta Miguel Hernández, víctima en la lucha por la LIBERTAD, entre otros… Creo que entienden la libertad como algo que les pertenece, que si no la gobiernan ellos no existe, que solo a ellos corresponde establecer qué, cómo y cuándo hay que vivirla… A estos “guardianes de las esencias” hay que decirles, alto, fuerte y claro, que no hay una concepción más autoritaria, antidemocrática y excluyente que esta.
En nombre de esa LIBERTAD, quieren hacerse con el poder del estado, para minimizarlo y ponerlo al servicio de los poderes económicos y mediáticos afines, para exprimirlo y tenerlo como balón de oxígeno ante las crisis que ellos mismos provocan, como ocurrió a partir de 2011, Ignacio Ramonet lo sintetizó muy bien, “se privatizan los beneficios y se nacionalizan las pérdidas”; quieren la libertad para controlar y manipular la información, para adoctrinar educativa y religiosamente a la población, especialmente a los grupos más jóvenes, resultaría sarcástico, si no es porque es muy grave, que a los que se les llena la boca con la libertad en educación y el pin parental, sean los herederos ideológicos y, en muchos casos, biológicos, de los mayores representantes del adoctrinamiento educativo que ha sufrido este país durante, al menos, 40 años, ¡qué bien hubiera venido, en esos años, un pin parental!. Quieren la LIBERTAD, en definitiva, para seguir disfrutando de privilegios, de una sanidad, educación o seguridad, privadas, a las que muchas personas no tienen acceso, de un mercado laboral clientelar y con una mínima regulación, de un tipo de vivienda al alcance de unos pocos, de una justicia condicionada por el poder político… una LIBERTAD que ahonde en las desigualdades sociales y económicas, que siga enriqueciendo a los que más tienen y empobreciendo a los que menos tienen.
Dejen de utilizar la LIBERTAD en beneficio propio, dejen de adueñarse de ella, dejen de considerarla como un producto más que se puede comprar, vender o alquilar… no la envilezcan más de lo que lo han hecho hasta ahora; trabajen para que sea un patrimonio de toda la ciudadanía, independientemente de posicionamientos político-partidistas; para ello debe hacerse cada vez más efectiva a través de una sanidad, una educación, y una seguridad públicas y de calidad, a partir de un acceso a la vivienda y al mercado laboral como requisitos básicos para ejercerla, de un necesario consenso de estado sobre estos y otros temas.
“Que sea como un viento
que arranque los matojos
surgiendo la verdad
y limpie los caminos
de siglos de destrozos
contra la libertad”
José Antonio Labordeta.
No puedo estar más de acuerdo. Se trata de un excelente escrito, bien fundamentado y riguroso, a la vez que crítico y pertinente en estos tiempos que corren. Si tuviéramos más en cuenta la perspectiva histórica nos iría mucho mejor como sociedad. Así que muchas gracias profesor por recordárnosla y por permitirnos seguir aprendiendo con usted más allá de sus clases.
Es, en mi opinión, un magnífico artículo. Un análisis del concepto de libertad y del uso y abuso de esta hermosa palabra escrito por el profesor Galindo con el rigor, la profundidad y la humanidad que le caracterizan.
Me ha parecido, además de oportuno, interesante y valiente, muy ameno. Un placer su lectura. Gracias
MUchas gracias Don Ramón, por hacer honor a una palabra tan enorme y bonita frente a quienes se adueñan para prostituirla y gracias también por haberme guiado durante mi época universitaria en el camino del pensamiento crítico que con tanto orgullo y tanta falta me hace en estos tiempos de vulgaridades y dificultades.
La suerte de haberme cruzado con usted en el camino educativo y de seguir haciéndolo.
La libertad la exaltaremos desde la perspectiva de los derechos de toda la ciudadanía, hasta caer agotado.
Gracias por el artículo que tanta falta hacía.
Usted misma lo define... Un profesor no es de derecha ni de izquierda. Jamás se levantaba de la silla para exponer y sus formas estaban alejadas de la enseñanza de la educación... Engolado y fuera de lugar... Por cierto, el artículo se ajusta a sus formas y limitaciones: bibliografías, parafrasear y una canción protesta.
Opino todo lo contrario.. Eres el mejor profesor que he tenido con diferencia y sólo a personas que no comparten su ideología política pueden juzgarle como mal profesor. Un excelente articulo del mal uso que ahora la derecha utiliza de la palabra libertad. No saben la de gente que ha estado encarcelada para defender la y ahora, ellos la disfrutan.. Enhorabuena
Es usted con diferencia el peor profesor que he tenido. Además de su falta de didáctica, muestra con soltura su falta de habilidades para la escritura... Conocimientos que le valen para ejercer de erudito en esta ciudad cada día más ignorante. Si usted es el nivel o baremo...