El ‘Tarajal II’ amaneció ayer cerrado a cal y canto, tal y como ya había anunciado la Delegación del Gobierno. Un cierre que se ha fechado en una semana pero que nadie se atreve a aclarar cuánto más durará en el tiempo o qué es lo que se llevará a cabo en ese periodo de tiempo de paro en el porteo. Al otro lado de la frontera se juntaron miles y miles de personas que no se aproximaron hasta el entorno fronterizo porque Marruecos lo impidió. Habrá que preguntarse cuánto tiempo podrá soportar el vecino país la permanencia de miles de personas cuyo único sustento es la entrada a Ceuta para cargar bultos. Los empresarios de los polígonos fueron llamados ayer a una reunión privada de la que nada se ha informado. Todo lo relativo a este paso se mantiene en el más estricto oscurantismo, sin que haya comparecencias oficiales para aclarar la cantidad de dudas surgidas sobre una infraestructura que ha tardado tres años en abrirse y solo cuatro días en cerrarse. El máximo dirigente de la Delegación del Gobierno, Nicolás Fernández Cucurull, evita su comparecencia ante los medios, evita dar respuestas sobre lo que la ciudadanía quiere saber. Eso mientras se publican informaciones que faltan a la realidad reciente, que intentan desviar la atención hacia asuntos que ‘venden’ como no conocidos, cuando la realidad es que hay protocolos oficiales suscritos en los que se hicieron valer unos compromisos que ahora no se están cumpliendo. De esto evitan hablar cuando es la clave del problema.