La Consejería de Sanidad de la Ciudad Autónoma de Ceuta está realizando cribados masivos de coronavirus entre los trabajadores de sectores considerados esenciales y que, por el servicio que prestan para garantizar el funcionamiento de la ciudad, se los considera prioritarios. Tal es el caso del Centro Penitenciario de Mendizábal, donde la Consejería va a someter a toda la plantilla a test de antígenos, menos invasivos y más rápidos con una elevada fiabilidad de los resultados.
El barrido de test de COVID-19 ha arrancado este jueves en la cárcel de Ceuta con un colectivo preferente, el de los sanitarios, un grupo clave en la lucha contra la pandemia desde antes de la declaración del estado de alarma. El personal sanitario es el primero en pasar por la prueba pero le seguirá toda la plantilla ya sea laboral o funcionaria. Para la tranquilidad de todos, ya ha trascendido que la primera remesa de test efectuados, ha arrojado un resultado negativo.
El área que dirige Javier Guerrero mantiene un contacto estrecho con los responsables de la prisión de la ciudad para organizar las citas. Al igual que con el cribado masivo entre la población y el que se llevará a cabo entre los estudiantes que regresen a Ceuta a pasar las fiestas navideñas, el lugar donde se realizan los test de antígenos es el denominado ‘punto COVID’ situado junto al Hospital Universitario, en la antigua explanada de espera de vehículos cuyo destino era entrar en Marruecos.
Mientras que en otras prisión los sindicatos aún reclaman un cribado de estas características al conjunto de la plantilla, es la segunda vez que el Centro Penitenciario de Mendizábal se somete a un barrido de test para evitar contagios. A finales de abril, el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa) efectuó estas pruebas diagnósticas a todo el personal. Esta doble batida denota el interés que tanto la Dirección del centro como las autoridades sanitarias han puesto en transmitir tranquilidad a los trabajadores desde el inicio de la pandemia y que así puedan centrarse en su labor dejando de lado la inquietud que despierta el temor a los brotes.
Pero que injusto que no se le haga la prueba a los presos conducidos o que entren a prisión. Pero les sale más barato dejarlos aislados 10 días. Vaya país