El tribunal de la Sección VI de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta ha dejado visto para sentencia el juicio seguido este martes por un delito de agresión sexual, por el que se le acusa al súbdito marroquí A.A., quien en agosto de 2019 agarró del brazo a una menor, en repetidas ocasiones, mientras se tocaba sus genitales con la otra mano. Los hechos ocurrieron en la playa de la Ribera.
El Ministerio Fiscal, tras escuchar las versiones de la víctima, el acusado y los testigos, ha mantenido su escrito de calificación en el que solicita la pena de prisión de 5 años, además de la expulsión del territorio nacional durante 10 años, una vez cumpla 2/3 de la pena. Por otra parte, la Defensa ha solicitado la libre absolución de su representado al explicar que no existen pruebas suficientes como para vincularlo con este delito.
Los hechos juzgados este martes se remontan al 13 de agosto de 2019, cuando según la denuncia presentada por la familia de la menor, este marroquí agarró del brazo a la víctima, de 14 años, e intentó llevársela con frases como: “Vente conmigo y nos vamos a Marruecos”. Al mismo tiempo que intentaba llevársela, se tocaba sus genitales y tenía una erección, según denunciaron todos los testigos.
La menor estaba jugando cerca del espigón de la playa de la Ribera, cuando este hombre supuestamente la agarró del brazo. Mientras intentaba llevársela la víctima pedía auxilio a sus padres que estaban también en la playa. Al escuchar los gritos acudieron corriendo al rescate de la menor y el padre, de un empujón, consiguió que escapara reteniendo a su vez al supuesto agresor hasta que llegó la Policía Local y practicó la detención.
En las versiones tanto del padre como la madre de la menor coinciden que se encontraba en la zona del espigón jugando y que fueron los gritos los que les alertaron, acudiendo rápido a sus rescate. Además, la madre solicita una indemnización como responsabilidad civil ya que relata que desde entonces su hija sufre ataques de ansiedad y que le da miedo ir sola a los sitios. Existe un informe del forense donde se refleja los ataques de ansiedad que sufre la menor.
Por otra parte, testificaron los agentes de la Policía Local que se encontraban en la playa. Explican que estaban situados a la otra parte de la playa, cuando los socorristas fueron los que le alertaron de la situación y fueron rápidamente al lugar de los hechos. Una vez allí, le explicaron lo sucedido y también relatan que se le apreciaba una erección al detenido. Además, han querido señalar que las propios bañistas que se encontraban en la playa le estaban contando la misma versión que los padres.
Por último, testificó el acusado que negó todos los hechos. El procesado, que se encuentra preso en la cárcel de Algeciras desde que ocurrieron los hechos, reconoce que estaba en la playa de la Ribera, pero que se encontraba en un banco sentado cerca de las duchas y que solo fue para descansar ya que el día anterior había sido la fiesta grande (fin de Ramadán). Era la primera vez que entraba a Ceuta, según relató, y lo hizo para realizar algunas compras para sus sobrinos.
Explica que nunca haría una cosa así, ya que tiene una vida formada en Marruecos, casado y con un trabajo como camarero desde hace 20 años en Tetuán. Por otra parte, afirmó que se bañó, pero que lo hizo con toda la ropa puesta (pantalón y chaqueta). Ahí, el Ministerio Fiscal aseguró que no coincide con lo que testificó en Instrucción donde dijo que se colocó un bañador para acceder al mar.
El juicio quedó visto para sentencia. La Fiscalía, además de la expulsión y la pena de prisión, pide 10 años de libertada vigilada, 10 años sin poder acercarse a la menor y por el delito leve de lesiones (moratones en la muñeca) una multa de 3 euros diarios durante 40 días. Por último, que la responsabilidad civil sea de 10.000 euros.