El blindaje en la Frontera Sur avanza. La retirada de las concertinas y la gradual colocación de peines invertidos asoma ya en el lado del perímetro en Benzú, en esa línea fronteriza que separa esta barriada de Beliones. Precisamente el punto por donde tuvieron lugar las últimas entradas de inmigrantes y el punto donde Marruecos ha escenificado con ayuda de la Unión Europea la construcción de una auténtica fortaleza. Ya nada queda de aquel pueblo vecino marroquí que ahora se levanta completamente rodeado de vallas, concertinas que se van retirando en España y colocando en Marruecos, zanjas y mucha mayor presencia de agentes, además de tener cerrada la única vía de comunicación que mantenía con nuestra ciudad y que se clausuró tras la entrada masiva de agosto de 2019, la última registrada en Ceuta por la valla.
Mientras aumentan las muertes y desapariciones en el mar, la Frontera Sur se va blindando en Ceuta. Hay algo más de 8 kilómetros para retirar la alambrada y colocar la valla más alta que hasta la fecha había planteado Interior para las dos ciudades hermanas. Diez metros de altura, diez metros de trabas para los que quieren llegar a Europa por las puertas de Ceuta o de Melilla. Es la auténtica ambición hecha realidad del ministro Fernando Grande-Marlaska.
Los datos trágicos no trascienden tanto como las obras. Pero ahí están los que aporta la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA): casi 800 personas ha muerto ya en su intento por cruzar el Estrecho mientras que los desaparecidos superan los 300. Son cifras que se aproximan al millar de personas que murió en 2018. Los inmigrantes huyen y si no pueden hacerlo por tierra buscan a la desesperada la vía marítima. La empresa encargada de convertir el perímetro en un auténtico búnker sigue desarrollando la campaña de imagen con la que Interior quiere visualizar el fin de los saltos masivos mientras que el Estrecho y rutas como la de Canarias se llenan de personas en un goteo dramático.
No se quiere la difusión de imágenes de jóvenes sangrando tras el salto de la valla, pero nada se dice de los fallecidos o desaparecidos ahogados en el mar, atrapados por un Estrecho que no cesa en el número de tragedias, en un Estrecho convertido en la gran fosa común de cadáveres nunca identificados.