Segundo miércoles de septiembre y nueva cita con el Círculo de Silencio para, desde Ceuta, unirse en la defensa de la dignidad de los inmigrantes. Y en silencio se dejó claro que esa dignidad se “ve pisoteada por las políticas migratorias españolas y europeas”, dando forma a fronteras que se erigen en “lugares de violación de los derechos humanos”.
Son cuantiosos los episodios que demuestran esta realidad, episodios marcados por la muerte de personas en intentos de escapada desde sus países de origen. Esta misma semana, en Castillejos, moría un menor en su intento por cruzar a Ceuta a nado. Atrás quedan más episodios similares. “Somos testigos cercanos del sufrimiento del paso del Estrecho y de los cientos de muertes en este trozo de mar, también somos testigos diarios del sufrimiento causado por las condiciones de explotación y de exclusión social a las que se enfrentan las personas migrantes que consiguen llegar. No podemos permitir que, ante este drama humanitario, las políticas de inmigración sigan poniendo el acento en la defensa de nuestras fronteras y no en la defensa de la vida”.
Hay fechas marcadas con la palabra tragedia. La del 6 de agosto, cuando murieron 50 personas en dos naufragios de embarcaciones que partían hacia Canarias. El día 8 murieron ahogados dos niños de 13 años en el puerto de Valencia, al ser succionados por la maniobra de atraque del barco en el que llegaban como polizones. Y el día 20 moría en la alambrada de Melilla un joven subsahariano tras una entrada de más compatriotas en la ciudad hermana. Solo dos días después se hundía una embarcación procedente de Argelia frente a las costas del Cabo de Gata, falleciendo 11 inmigrantes, algunos niños y mujeres.
Un panorama “dantesco” que pasa desapercibido en la gran mayoría de medios de comunicación. Una tragedia silenciada fruto de la situación a la que se ven condenados aquellos que buscan alcanzar otros países. Por eso, en silencio, se pidieron “soluciones reales” alejadas de ese mayor control de las fronteras, creando “acuerdos con terceros países” que buscan cerrar vías migratorias y que terminan criminalizando sobre todo a los menores. “Creemos que es responsabilidad ética y moral trabajar por la acogida”. En silencio se condenó la política del miedo que “criminaliza a las personas migrantes” porque las consideran “una amenaza”.
Sería más fácil si los migrantes fueran solidarios con la sociedad que les acoge
No nos resulta fácil mantener sus derechos sin que aporten algo, al menos un poco de empatía con los que soportamos la presión económica
Y mientras no haya un equilibrio no podremos seguir alegremente rendidos a sus exigencias
Mucho más que decir sobre ésto pero estoy tan cansado........
Tengo que intentar dormir y a ver si mañana soy capaz de seguir manteniendo mi negocio abierto para mantener a mi plantilla (cada día más menguada) mantener al día mis pagos (cada día más difícil) y mantener los pagos varios a la Administración de la Ciudad y del Estado (cada día más gravosos)
Mi dignidad también se “ve pisoteada por las políticas migratorias españolas y europeas”
pero tengo que seguir luchando para seguir pagando para que algunos tengan super sueldos políticos y enchufistas, algunos manejen super subvenciones onegistas, y algunos me sigan exigiendo todos los derechos a cambio de ninguna obligación, ni tan siquiera respetarme por lo que económicamente aporto o por la empatía que siento hacia ellos y sus problemas
Ala, buenas noches
Ya digo, muuuucho más que opinar pero estoy muy cansado