La evolución del coronavirus en Marruecos no mejora, al contrario, va peor que hace unas fechas. El vecino país ha registrado en las pasadas 24 horas 811 nuevos casos de coronavirus, lo que supone la cifra más alta desde el comienzo de la pandemia, solo seis días después de que el gobierno anunciara el pase del país a la llamada "fase 3" y el aligeramiento de las restricciones en los espacios públicos.
Nunca había tenido tantos casos en un solo día Marruecos y la situación preocupa a las autoridades, ya que hace más de cuatro meses que se decretó la pandemia global por esta enfermedad y el país vive ahora sus peores momentos respecto a la cifra de contagios diarios.
Más de la mitad de estos casos (427) se han detectado en la región norteña de Tánger-Tetuán-Alhucemas, que coge toda la costa mediterránea y que va desde Tánger hasta Alhucemas. Esta región acumula además casi un cuarto de los casos a nivel nacional y se convierte así, en términos poblacionales, en la más afectada por la pandemia.
Coincide ello con las imágenes que dejó el Hospital de Tánger en las últimas fechas, con hospitales saturados, falta de camas y pacientes en el suelo.
Este nuevo récord de contagios se produce además cuando el país se dispone a celebrar, el próximo viernes, la Fiesta del Sacrificio, la más importante del calendario para muchas personas, que supone miles de desplazamientos y reuniones familiares masivas.
El gobierno marroquí, que ha impuesto unas restricciones muy severas durante cuatro meses, no ha querido suspender la fiesta, pero el ministro de Sanidad, Khaled Ait Taleb, ha pedido "madurez y responsabilidad para evitar visitas inútiles y contactos físicos en estas reuniones familiares", además de recordar que el reconfinamiento siempre es posible. Entre otras medidas, se han cerrado todas las mezquitas para ese día tan importante por la población marroquí.
Este sábado, el ministerio del Interior publicó un comunicado reaccionando a la "laxitud de ciertos individuos" y recordando que el porte de la mascarilla es obligatoria y las infracciones al respecto están penadas con prisión (de uno a tres meses), ante lo cual las autoridades "no vacilarán para aplicar las sanciones".
Ahora con los rastreadores es normal que el número de afectados sea más elevado cosa que no se utilizaba antes pero seguro que dentro de una semana empezara a bajar el número de contagios a no ser que la gente no tome en serio esta pandemia como ha ocurrido en Cataluña
Son las consecuencias de las aglomeraciones, porque todavía hay gente que todavía no cree en el virus, y pasa olímpicamente de llevar la mascarilla.