La comunidad educativa está “preocupada” y “esperanzada” ante el reto que plantea el próximo curso escolar y la evolución de la crisis del coronavirus. El coordinador del estudio 'Panorama de la educación en España tras la pandemia del COVID-19: la opinión de la comunidad educativa', el profesor de la UGR en Ceuta Fernando Trujillo, cree que “ha llegado la hora de tomar decisiones” porque “vencer al virus en Educación no es solo mantener la salud, que por supuesto, sino también mantener el compromiso con la equidad y la igualdad”. Es un reto “de todos”, pero hasta ahora la parte que menos parece haberlo asumido es la Administración.
“Si la educación es importante en este momento es la hora de invertir en ella con rigor y criterio, no sólo para abordar los retos del próximo curso sino para fortalecer y mejorar nuestro sistema educativo”, concluye el informe, que ha recogido la opinión de más de 5.000 docentes de todos los niveles preuniversitarios. Además, se han realizado doce grupos de discusión para “completar la visión cuantitativa” en los que han participado estudiantes y familias de todos los niveles educativos.
“Ha llegado la hora de tomar decisiones: vencer al virus en Educación no es solo mantener la salud, que por supuesto, sino también mantener el compromiso con la equidad y la igualdad”, ha advertido Trujillo este jueves durante la presentación del trabajo, elaborado con el apoyo de BBVA y Fad por investigadores de las Universidades de Granada y Málaga, en una rueda de prensa virtual.
Los docentes están inquietos sobre todo (76%) por cómo motivar al alumnado y por la falta de dispositivos electrónicos entre el alumnado para el aprendizaje a distancia (le preocupa al 67%). Por ello exigen inversión en infraestructuras y personal; una revisión profunda del currículum; mayor cultura de colaboración entre docentes; mayor atención a cuestiones socioemocionales (cómo gestionar las emociones preocupa al 61%); y formación y liderazgo de los equipos directivos.
También lamentan la respuesta que ha dado hasta ahora una Administración educativa que, en su opinión, se ha limitado durante este curso “a invocar la autonomía de los centros sin aportar soluciones, ni recursos, ni inversiones” sin instrucciones claras ni criterios unificados para abordar la actividad docente durante el cierre de los centros, lo que ha provocado “un acusado sentimiento de abandono y un profundo cansancio entre los docentes y los equipos directivos”.
Para no tropezar con la misma piedra en septiembre los docentes ven indispensable reforzar las infraestructuras, contratar más personal en los centros para hacer frente a las nuevas necesidades, disponer de medidas de seguridad e higiene y de plataformas y materiales adecuados para el aprendizaje en línea.
Las clases presenciales, “insustituibles”
Al 57% le preocupa cómo gestionar los espacios existentes (aulas, bibliotecas, etc) para cumplir con las medidas de distanciamiento, pero se reivindican las clases presenciales como “una necesidad”, ya que “garantiza la igualdad, promueve de manera más efectiva el aprendizaje, posibilita mejores explicaciones y atención personalizada y permite desplegar todo el potencial educador de los centros educativos”.
Los maestros de Infantil y Primaria reivindican de manera más clara que el resto el contacto diario con su alumnado. Los de Secundaria, Bachillerato, FP y Educación de Personas Adultas se inclinarían por la alternancia de días si la pandemia impidiese regresar a la normalidad. “La respuesta educativa en esta situación incluye necesariamente la educación digital con todas sus implicaciones, pero la presencialidad sigue siendo el ideal innegociable tanto para los docentes como para las familias y los estudiantes”, apuntan las conclusiones del estudio.
A las familias les preocupa la conciliación laboral y la brecha social que parece haber marcado la crisis, por lo que demandan que en el sistema educativo no se pierda la presencialidad (“insustituible”) y se cuente con personal de apoyo como educadores sociales en los centros. Igualmente reclaman más financiación y más dotación para los centros y piden que, si en futuros cursos la educación es telemática (total o parcialmente), los horarios sean estables, se conozcan previamente y se parezcan lo más posible a los horarios habituales de clase.
El alumnado participante ha sido crítico con las infraestructuras de sus centros y solicita “empatía” por parte del profesorado y un cambio metodológico por parte del profesorado para ajustar su manera de enseñar a la nueva situación. “Ofrecen un discurso exigente con el propio sistema educativo: reclaman una educación de calidad que no olvide a los estudiantes que tienen problemas o más dificultades”, resume el estudio.