Cuando todo esto pase.
Ni siquiera seremos los mismos que un día entraron en el túnel más oscuro e incierto de la época que nos tocó vivir.
Ni siquiera el hastío será el mismo, serán idénticas las ganas de rutina, pero bajo algunas exigencias y limitaciones.
Cuando todo esto pase el viento que arremolina las hojas caídas hasta hacerlas anodinas se llevará también otras cosas inservibles.
Se llevará la actitud de quienes desde su responsabilidad vieron en la calamidad una oportunidad de promoción; se llevará la actitud de quienes entendieron de la adversidad común un camino de retorno para recuperar lo que un día su mal proceder les llevó a perder. Se lo llevará, pero quedará la memoria.
Cuando todo esto pase nos quedará para siempre el recuerdo para quienes más perdieron y para los que ofrecieron con su ejemplo una actitud de compromiso más allá del propio bienestar, esperemos también para que reciban una mejor justicia futura.
Cuando todo esto pase se valoraran aquellas llamadas que no se produjeron porque no había nada que recibir al pedir y por el contrario aquellas que se ofrecieron sin recibir nada a cambio.
Cuando todo esto pase se recordará quien lideró pensando en los demás y quien pensando en si mismo intentó liderarlos.
Cuando todo esto pase y el punto de inflexión sea dejado atrás, no habrá retorno y las cuentas, más temprano que tarde, se saldarán. En el haber, el potencial humano, profesional y de sacrificio demostrados; en el debe, los “titiriteros” que pese a la extrema gravedad, también vieron una ocasión para actuar.
Cuando todo esto pase volverá la vida, habremos sobrevivido.