La decisión que ha tomado el Banco de España de cerrar las sucursales en Ceuta y Melilla para el próximo treinta y uno de mayo, desde luego no dejar de ser una mala noticia para ambos territorios, porque la presencia de una institución del Estado como es el primer banco del país significa un refuerzo a unas poblaciones que están al otro lado del Estrecho. Ceuta y Melilla no pueden permitirse el lujo de perder presencia institucional con una clausura al cien por cien. No solamente porque algunos expertos apuntan a que se darían ciertos problemas en el sector financiero de las dos ciudades en algún momento determinado, sino porque hay razones más poderosas por encima de los recortes. Las autoridades ceutíes deberían hacer todo lo posible para que no se produjera una circunstancia como la que se está denunciando. Sería un paso atrás, pero no sólo en lo sentimental, porque todos hemos conocido desde siempre la sede del Banco de España en la Plaza de Correos, sino por perder presencia de una institución financiera tan importante.