La Guardia Civil de Ceuta ha cerrado el ejercicio 2019 con casi diez toneladas de hachís intervenidas en el transcurso de operaciones llevadas a cabo en el puerto o en el mar. Casi diez toneladas de hachís que no han sido introducidas en el mercado europeo, destino final de las plantaciones que crecen con fuerza en el norte de Marruecos. Detrás de ese montante de droga, entregada a Sanidad para su posterior destrucción tras su análisis, están las cifras de los detenidos que han sido acusados de delitos contra la salud pública. Según la relación de episodios vinculados a este negocio de la que se ha hecho eco El Faro de Ceuta en sus crónicas de sucesos y tribunales, se supera la cifra de 250 detenidos, la amplia mayoría en servicios de la Compañía Fiscal (puerto y Tarajal) y del Servicio Marítimo (en aguas del Estrecho).
No hay datos oficiales. El Ministerio de Interior no ha publicado todavía los servicios antidroga desarrollados en Ceuta, pero los resultados que sí han trascendido a la opinión pública ofrecen una cifra redonda, una de las más elevadas en el balance anual de trabajo desarrollado por el Instituto Armado.
Tras las estadísticas están los escenarios de acción en los que se han visto implicados los agentes. La lucha contra las narcolanchas ha tenido su vertiente en Ceuta. En la propia base del Servicio Marítimo se apilan muchas de las intervenidas en persecuciones, semirrígidas con potentes motores que iban cargadas de droga y que a pesar del interés de los narcos en deshacerse de los bultos, pudo recuperarse varias cargas de mercancía: prueba irrefutable y necesaria para conducir presos a sus pasadores. En agosto los agentes consiguieron hacerse con más de mil kilos que iban a ser trasladados en un solo pase, meses después varios componentes del Servicio Marítimo arriesgaban sus vidas en una persecución en la que los narcos terminaron siendo catapultados al ámbito mediático como unos 'falsos' héroes.
Las cantidades de hachís que han sido destruidas en vez de ser rentabilizadas por las pequeñas redes del narcotráfico constituyen el mayor daño que puede hacerse a un negocio que sigue floreciente y que tiene tentáculos por todas partes.
A pie de embarque los servicios realizados por la Compañía Fiscal han demostrado el aumento de pases de droga en dobles fondos de vehículos como la vía abierta que eligieron los narcos para escapar de la presión sobre las narcolanchas. El negocio del Estrecho se desvió en parte al pase de alijos en camiones y en otro tipo de vehículos. Muchos de esos detenidos están ya cumpliendo condena en prisión. Casi cuatro años entre rejas es, de término medio, lo que les espera a quienes son solo meros eslabones en la cadena del narcotráfico.