Le llamaron el ‘niño milagro’. Tenía solo 11 años cuando su vida cambió de forma radical. 8 de abril de 1982. Ese día Hossain Mohamed estaba jugando como cualquier niño de su edad en lo que hoy es la barriada de Loma Colmenar de Ceuta. Su cuerpo quedó enganchando en una torre de alta tensión cuando trepaba en busca de un globo. Sufrió una descarga de 15.000 voltios. Durante horas permaneció allí, sin que nadie le rescatara. Era Viernes Santo y la procesión era lo prioritario. Su cuerpo visibiliza, años después de aquella tragedia, las consecuencias del accidente: además de las cicatrices por las quemaduras (se le quemó el 75% del cuerpo), Hossain perdió un brazo y la rigidez en su cuello le impide llevar una vida normal. Esas son las marcas externas, hay otras que duelen incluso más: las que son propias de una injusticia ya que nunca se le reconocieron sus derechos ni se le indemnizó por los daños sufridos.
Hossain Mohamed ha vuelto a iniciar una huelga de hambre (lleva ya 20 días y ya en 2014 hizo otra). Es lo único que le queda, ejercer una protesta de este tipo para que le hagan caso, para que sus derechos sean respetados. En una entrevista con FaroTV recuerda el origen de su calvario. “Ese día” -el del accidente- “era Viernes Santo, las autoridades estaban con la procesión de la Semana Santa. Me quedé en la torre enganchado más de dos horas. Cuando ocurre un accidente de esa envergadura, el automático de la central salta. Saltó y lo que hacían era volver a ponerlo en marcha porque estaba la procesión. Durante más de dos horas me estuvieron achicharrando allí. Cuando se iba la luz me moría y cuando la volvían a dar, era como si revivía. Estuve durante más de dos horas así, achicharrándome. Esto me produjo las secuelas, las quemaduras gravísimas. Desde entonces hasta ahora sigo sufriendo las negligencias de la Justicia”, relata Hossain.
Fueron tan graves aquellas lesiones que cuando, siendo un niño, ingresó en el Hospital antiguo de la Cruz Roja, nadie apostaba porque salvara su vida. Le bautizaron periodísticamente como el ‘niño milagro’. Un niño cuyo accidente incluso había sido olvidado por los medios de comunicación al suceder en pleno periodo festivo.
“Cuando me ocurrió esto, nadie se interesó por mí. A los dos meses sucedió un accidente con otro niño que se quemó con alquitrán. Lo ingresaron a mi lado. El Faro vino a entrevistarle y fue cuando se dio cuenta que estaba yo allí. Les dije que a mí no me habían entrevistado y de hecho me pidieron perdón. Fue así como mi historia se publicó, pero ningún juez desde entonces ha dicho algo sobre este caso, ha dicho si tengo derechos”.
Precisamente el hecho de que no haya una sentencia firme sobre su historia, un pronunciamiento judicial, ha provocado que en los foros europeos tampoco se pronuncien sobre el caso de Hossain. “En el Tribunal Europeo al que acudimos nos dicen que no pueden atender el caso porque no hay un documento judicial que haya indicado si tengo o no derecho a una reclamación”.
En todos estos años su protesta se ha visto recogida en artículos y reportajes publicados por este medio, así como por otros. Su historia la conoce el Gobierno de Ceuta como también la Delegación y autoridades ministeriales. Pero nadie ha movido un dedo para ayudar a Hossain, para conseguir que se le indemnice, que su caso al menos sea revisado.
“Estoy pasando por un calvario desde entonces. No sé cómo la justicia está haciendo la vista gorda. Por lo menos que den la cara, que me den el sí o el no”, explica. Los padres de Hossain presentaron una denuncia cuando ocurrió el accidente pero nunca se ha celebrado un juicio sobre este caso. Su padre murió sin conseguir una solución, viendo a su hijo destrozado después de las continuas cargas que se hicieron para mantener el suministro eléctrico. “Sigo sufriendo las negligencias de la Justicia. Pido a Dios que haya nuevas acciones sobre mi caso. Presenté recursos ante el Tribunal Supremo y nada... no he sabido nunca nada”, expone.
“Carezco de medios para pagar a un abogado potente y yo mismo presenté las denuncias, escritas por mí, ante Estrasburgo, pero me piden una sentencia firme que no tengo. ¡Qué justicia tenemos!”, denuncia. “No sé cómo he salido adelante criando a mis cinco hijos. Lo que han hecho conmigo incumple cualquier normativa”, lamenta.
“Solo pido lo que me corresponde por ley, solo pido justicia. En qué se basan para rechazar una causa justa. ¿No pueden aceptar una denuncia y llevarme a juicio, decirme si tengo o no derecho? No pido limosna, solo lo que me corresponde por ley. ¡Qué pasa que ahora se dedican a achicharrar a niños en una torre!... ¿Estamos en democracia o en una dictadura?... Me están matando desde hace 37 años”.
Replica de charlie chaplein, tiene que salir en go talent y asi gana sin esperar el juicio bananero.
Aqui se ve la humanidad de algunos...
Algún abogado ha debido de representarle ante la Justicia, de otra forma es imposible que haya llegado al Supremo, lo que por otra parte presupone igualmente sentencia en primera instancia al menos.
Quizás deba acudir a su abogado porque si recurrió al Supremo alguna resolución debió emitirse aunque sea de inadmision .
Recuerdo a Hossain, por aquel entonces cursaba los estudios de Enfermería en la Cruz Roja y a la vuelta de las vacaciones de Semana Santa nos encontramos con el niño. Creo recordar que estaba en la 4ª planta (cirugía). Las curas eran poniéndolo de pie sobre una sábana y rociándole el cuerpo con solución, era un "grito de dolor" el pobre crio. El brazo que perdió estaba practicamente desprendido del cuerpo... solo sujeto por la articulación del hombro.
Debido a la postura en la cama se le llegó a unir la parte inferior de la cara con el torso y el hombro. Sufrió muchas operaciones ... le perdí la pista al cambiar de residencia y hoy me ha conmovido su relato al verlo de nuevo. No está pidiendo nada que no le corresponda en justicia. ¡Suerte Hossain!