Alex Gadea es uno de los actores que hoy llegará a nuestra ciudad para interpretar la obra ‘Mariana Pineda’, la adaptación de Federico García Lorca sobre la vida de esta relevante figura de la resistencia a la restauración absolutista en la España del siglo XIX. Este viernes sobre las tablas del escenario, Gadea interpretará a Fernando Sotomayor y sobre él y la obra en general ha hablado con El Faro de Ceuta.
Su último trabajo ha sido en la obra ‘Cyrano de Bergerac’, donde ha participado durante más de dos años.
¿Cómo se vive el salto de una tragicomedia a la dramatización de la vida de un personaje que ha formado parte de la historia de nuestro país?
–Para un actor es una suerte saltar de un clásico universal a otro de Lorca. Es maravilloso participar en una dramaturgia que ofrece tantas posibilidades para un actor. ‘Cyrano de Bergerac’ es un drama, una comedia, una protesta social, nada que ver con el universo de Lorca. Esto es un reto y un estímulo para un actor.
¿Cómo surgió la oportunidad de interpretar a Pedro Sotomayor?
–El día del estreno de ‘Cyrano de Bergerac’ el director de la obra de ‘Mariana Pineda’, Javier Hernández, acudió a ver la obra y le gusté. Me propuso el proyecto de Lorca y me habló de este personaje. Meses después volvimos a quedar y me habló del proyecto, del personaje y las expectativas ante la obra de Lorca. Lo primero que hice fue releer la obra, que fue una lectura obligatoria en el instituto, pero la recordaba vagamente. Supongo que con 15 años no me enteraría de nada, pero ahora la redescubrí por completo, al igual que al personaje de Pedro Sotomayor. A pesar de ello no tiene nada que ver con el cuerpo y la envergadura que tiene la obra del director.
¿Fue duro meterse en la piel de este personaje?
–No por el personaje, sino por lo que cuenta la obra en sí. Mariana tiene un recorrido en la historia y el drama en ella es enorme. Al ir entrando los personajes en escena, se suben al tren de ella, que es toda velocidad. El amor de Mariana por Pedro es uno de los motores de su vida. Se cuenta quien es Pedro y cómo se enamora de él, es trepidante salir a contar ese momento. Es un paisaje en el que no estamos en una zona de confort, pero es una tensión que engancha.
¿Qué opinión le merece su personaje?
–Es un personaje que siente mucho miedo y, aunque intenta aparentar lo contrario, no puede. Quiere cambiar las cosas y hacer lo que hace Mariana, subirse al barco con ella, pero no tiene valor. Cuando hay que mojarse, él se ausenta porque el miedo le puede. En el fondo es un cobarde.
¿Considera que la obra de ‘Mariana Pineda’ es una pieza necesaria a nivel social?
–Creo que sí. Es un personaje que pasó a la historia como hito de valentía y de revolución. En los tiempos que corren es fundamental recuperar clásicos de la historia y la figura de Mariana es un ejemplo de vida y humildad. Llegó a las últimas consecuencias llevando la honestidad por bandera y esos valores, que admiro, no habría que perderlos. Ella los preservó hasta el final y por ello le quitaron la vida.
¿Con qué expectativas han comenzado la gira?
–Tenemos unas expectativas formidables. Hasta octubre del año que viene no vamos a parar y tenemos todos los fines de semana ya cerrados. A raíz del estreno en Toledo, el pasado 4 de octubre, hubo una excelente acogida. Es una obra que no se representaba desde hace 20 años y creo que es el espectáculo adecuado para este momento por los valores que representa.
¿A qué se refiere con eso?
–Pues a que hay que revisar los valores constantemente. Independientemente de si es ahora o dentro de unos años, siempre es bueno rescatar valores como la integridad, honestidad o la valentía, que siempre llevó Mariana Pineda por bandera.
Sus comienzos fueron en el teatro y en series televisivas, aunque también se ha movido en la gran pantalla. ¿Dónde se siente más a gusto?
–Para un actor el privilegio es trabajar en distintos medios y no echar de menos nada. Ahora tenemos por delante una gira extensa y soy feliz porque me gusta el teatro, pero también me gusta la intimidad que te ofrece una cámara cuando la sientes a cuatro centímetros de la cara.
A usted se le ha conocido durante mucho tiempo por personajes que ha interpretado en series muy conocidas y, en algunos casos, muy longevas. ¿Qué se siente cuando le recuerdan por esos personajes?
–Hay personajes que trascienden el proyecto porque han tenido una importante audiencia y hay que ser sensato y agradecido porque te reconozcan por eso. Yo lo vivo con gratitud.
¿Hay algún personaje que le gustaría interpretar?
–Me gustan muchos, pero prefiero no decirlo. Algunos se han interpretado y otros no. No tienen por qué ser históricos, también me atraen algunos contemporáneos, pero al margen de la época en que hayan vivido, lo más importante es el guión, el material humano de ese personaje.