Las Jornadas de Historia de Ceuta comenzaron este martes su décimosegunda edición. El tema de este año, ‘Historia en Femenino’, es el hilo conductor de las seis conferencias que reúne esta iniciativa del Instituto de Estudios Ceutíes (IEC). Jose Antonio Alarcón ofreció el discurso inaugural enorgulleciéndose de formar parte de la “convocatoria cultural más longeva de la ciudad y probablemente de la región”. También expresó “el buen momento” en el que se encuentra el IEC y aprovechó para felicitar a Fernando Villada, decano de la sección de Historia del instituto por su implicación en la organización.
Por su parte, Villada aclaró las razones de la temática del evento y subrayó la voluntad de la entidad de incrementar la presencia femenina como reflejo de su compromiso e ideales: “Cuando se fundó el IEC en 1969 solo había una mujer, ahora superan el 20% de los miembros y esperamos que esa cifra siga subiendo”. Además, quiso hacer hincapié en que la elección de las conferenciantes no se hizo en razón de su sexo sino “por ser grandes expertas en sus campos y poseer una carrera que avala su participación”.
La primera jornada contó con la presencia de Margarita Sánchez Romero quién se dirigió a los asistentes para hablar sobre la figura de la mujer en las sociedades prehistóricas. Es profesora titular del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Granada y miembro del Instituto Universitario de Investigación de Estudios de las Mujeres y de Género de la misma Universidad. En su charla, se centró en la manera de construir los discursos del pasado argumentando que el eje de la historia ha sido “el hombre heterosexual y occidental”, dejando en un segundo plano el resto de integrantes de la sociedad. En su discurso pretendió ilustrar, a través de escenas cotidianas, la participación activa de las mujeres y su papel en la evolución.
Pilar Fernández fue la otra ponente que encumbró el primer día de las XXII Jornadas de Historia de Ceuta. Es doctora en Historia Antigua por la Universidad Complutense de Madrid y profesora emérita de Geografía e Historia en la UNED. En su discurso,’Obreras y empresarias en la Roma Alto Imperial’, abordó la imagen de la mujer trabajadora, los medios de producción y trabajos explotados y ejercicios por mujeres entre los siclos I y III. Además de ser una experta en Historia Antigua, Pilar Fernández ha publicado varios libros y dirigido distintas campañas arqueológicas. Sus principales líneas de investigación son la economía de Roma en la época Alto Imperial a través de varios productos significativos del Mediterráneo antiguo: púrpura, sal y miel.
“Las musulmanas tenían las mismas trabas para estudiar que las cristianas”
Manuela Marín es profesora de Investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas hasta su jubilación. Ella es una de las ponentes de la jornada de hoy que tendrá lugar, igual que el resto de ellas, en la Biblioteca Pública.
–¿Cuáles son las claves de su discurso?
–Mi pretensión es presentar el caudal de conocimiento de las mujeres en la época medieval de al-Andalus.
–¿Ha tenido dificultades para documentarse?
–Sí, hablamos de una sociedad medieval en la que no había un gran registro de documentación oficial referente al papel de la mujer. Viendo los escritos apenas hubo mujeres en esa época, por ello hay que buscar en otro tipo de archivos.
–¿En cuáles?
–Sobre todo textos en árabe que se escribieron en la época de al-Andalus ya sean biográficos, jurídicos, culturales, etcétera.
–¿Cuáles son las principales contribuciones de la mujer musulmana de esa época?
–En primer lugar fueron la fuente principal en el campo del saber cotidiano, referente al cuidado de los niños, recetas de conservas y artesanía. Pero también hay evidencias de la inclusión femenina en el área cultural de la sociedad. A pesar de existir un dominio masculino, había mujeres dedicadas a realizar copias del corán, responsables de llevar las cuentas incluso mujeres poetas.
–¿A qué inconvenientes se enfrentaban para estudiar?
– Las mujeres musulmanas de esa época tenían las mismas trabas para estudiar que las cristianas, si vivían en una familia acomodada tenían la suerte de poder acompañar a sus hermanos en las clases. A pesar de no ser fácil, hubo muchas mujeres que pudieron desarrollarse en diversos campos.