El Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía (MDyC) alerta de la situación en la que se encuentra el Registro de Ceuta debido a la falta de personal, concretamente de notificadores. Detallan que hay cerca de 1.500 expedientes paralizados, que están próximos a caducarse.
“No puede realizar los trámites de más de 1.500 expedientes que se encuentran paralizados y que provocarán graves perjuicios a los y las ceutíes, dado que deberán comenzar nuevamente los trámites”, explican en un comunicado dirigido a los medios de comunicación.
La formación política liderada por Fatima Hamed culpa de manera directa de esta situación a la gestión del Gobierno local, dado que la plantilla del Ayuntamiento se ha reducido un 25% en los últimos años. Acusa al Ejecutivo de Vivas de incrementar el número de nombramientos, “quince personas por parte del PSOE”, mientras que otras áreas de la Administración quedan descubiertas.
Por este motivo y con miras a que los plazos de dichos expedientes no expiren, piden una solución al Gobierno y que atienda las necesidades de esta área de la Administración local, ya que incide que la caducidad “genera graves perjuicios a la ciudadanía”.
El Registro de la Ciudad, a través de sus distintas oficinas, tramita un promedio al año de 79.000 expedientes relacionados con las distintas áreas de la Administración local.
Ante esta situación, por parte de la Ciudad se están valorando distintas posibilidades para un refuerzo urgente del servicio en el Registro, no obstante, aclaran que todo procedimiento de personal conlleva una tramitación reglada, ya que al ser un espacio público no se puede hacer una contratación de personal al uso.
Situación actual
Son justo los empleados de esta área, la del Registro, los que han emitido varias quejas en los últimos meses, debido a la sobrecarga a la que están sometidos y a la situación en la que se han visto envueltos tras la implantación de la nueva sede electrónica, siendo uno de los principales afectados por el cambio de funcionamiento.
Asimismo, lamentan que en muchas ocasiones la ciudadanía no entiende de esta carga de trabajo, lo que ha suscitado quejas constantes hacia los empleados en mostradores, así como actitudes desagradables en el trato recibido por parte de la ciudadanía.