En la campaña de Ifni/Sáhara se concedieron varias condecoraciones, entre ellas, cruces rojas al mérito militar, cruces de guerra, medallas militares individuales y dos laureadas individuales de San Fernando, la más alta condecoración de las Fuerzas Armadas, estas dos últimas al brigada Francisco Fadrique Castromonte y al caballero legionario Juan Maderal Oleaga, como resultado del heroísmo de ambos en el combate de la XIII Bandera en Edchera el 13 de enero de 1958.
El texto del diario oficial número cinco del Ejército
Para alcanzar y ser acreedor de esta alta condecoración militar hay que reunir una relación de méritos, la cual conlleva unos trámites como es el de un juicio contradictorio; un testimonio de testigos, que lleva un largo trámite, una condecoración que como expresa el prólogo de la Obra de los Laureados, es: “la de rendir homenaje de reconocimiento, de admiración y de gratitud a unos soldados de España que, investidos en arquetipos de cualidades castrenses lograron coronar la cima misma del valor heroico”.
La orden circular de 5 de enero de 1966, publicada en el diario oficial del Ejército núm. 5, dice así: “el legionario Juan Maderal Oleaga, toma parte el 13 de enero de 1958 en la acción de guerra de Edchera, encuadrado en la 3ª sección de la 1ª Compañía de la XIII Bandera de La Legión, cuya sección era mandada por el brigada Francisco Fadrique Castromonte, este legionario estaba excelentemente conceptuado por su espíritu legionario, valor y serenidad, presentándose siempre voluntario para cuantas ocasiones de riesgo y trabajo se le ofrecieron. Dicho legionario estuvo hasta el último momento de su vida cooperando eficazmente con el brigada Fadrique Castromonte, en su lucha entablada contra el enemigo, triple numéricamente, y emboscado en la orilla del lecho seco de la Saguía el Hamra.
La sección donde estaba encuadrado el legionario Maderal Oleaga fue atacada de frente y por los flancos, viéndose obligados a las acciones de combate del cuerpo a cuerpo. Cuando el brigada Fadrique Castromonte, ante la imposibilidad de seguir avanzando ordena establecerse en defensiva y posteriormente el repliegue de los supervivientes y evacuación de las bajas.
El legionario Maderal Oleaga permaneció junto a su brigada protegiendo la retirada, dando constantes muestras de arrojo y valor, hasta que fue alcanzado por el fuego enemigo, muriendo heroicamente al lado de su brigada, dando prueba evidente de su desprecio a la muerte y el sacrificio hecho voluntariamente, en beneficio de sus compañeros. De los 31 hombres que componían la sección fueron bajas 20, incluso el brigada jefe de la sección, y los tres mandos del pelotón”.
Hasta aquí el texto de la orden de concesión de la Cruz Laureada de San Fernando a este héroe, y en mi opinión en dicho texto no cabe ni una coma, donde expone el valor, arrojo y heroísmo de este joven legionario, que con la entrega de su vida rubricó con letras de oro una de las páginas de heroísmo de los que un día entregaron lo más preciado, su vida.
El caballero legionario Juan Maderal Oleaga dejó escrito con su heroico comportamiento la bella virtud del ‘compañerismo’, que consiste en socorrer al camarada que necesita ayuda en todo aquello que sea honroso y legal, en compartir con él penalidades y sacrificios, en correr riesgos durante la guerra por ayudar a compartir, incluso, el pan y el agua.
Un emotivo acto en Sidi Ifni
Cuando al entonces capitán general de Canarias, José Héctor Vázquez le comunicaron que la Cruz Laureada de San Fernando, concedida al legionario Juan Maderal Oleaga, había que enviársela a sus padres en Erandio (Bilbao), el gran soldado que era José Héctor Vázquez, cuyo corazón era tan grande como una montaña, con sus defectos y virtudes como todo humano, en este caso por decisión propia, un gesto que le honra, ordenó que dicha laureada tenía que ser impuesta a sus padres con los honores que correspondían, y que para ello se hiciese lo necesario para que estuviesen presentes en Sidi Ifni para dicho acto.
El 29 de abril de 1966, en el acuartelamiento del grupo de Tiradores de Ifni, y en el acto de la jura de bandera de los reclutas del reemplazo de 1965, en lugar preferente estaban Emilio Maderal Leche y su esposa, padres del caballero legionario Juan Maderal Oleaga, y junto a las autoridades militares y civiles, una comisión de la XIII Bandera de La Legión, presidiendo dicho acto el general gobernador de Ifni.
Una vez realizado el juramento de los soldados de dicho reemplazo, el general gobernador de Ifni se dirigió a los asistentes con estas palabras: “vais a ser testigos y tener la suerte de acudir a un acto que es el reflejo, y un ejemplo real, de hasta dónde llega un juramento que tiene el premio, y la Patria no olvida al que todo lo da por ella. Aquí tenéis a estos padres, los de un hombre que un día hizo esta promesa y este juramento, que vosotros habéis hecho y que este legionario estampó en sus colores un beso que le había de llevar a derramar la última gota de su sangre, joven y generosa, en defensa de la Patria y a caer junto a su jefe. Estos padres que recogen esta Laureada, hay muchos en España, porque parten de un padre y las virtudes maravillosas de la madre española, que es la reina de hogar.
El soldado Maderal, y digo soldado prescindiendo del cargo, arma, categoría o empleo, porque tan soldado de la Patria es aquel que no ostenta graduación alguna como la más alta categoría de general”.
Instantes después, se acercaban los padres de este legionario a besar la Bandera, y el comandante Rojas de la XIII Bandera le entregaba la Cruz Laureada de San Fernando al padre de este héroe legionario, en un acto donde por muchas mejillas resbalaban lágrimas de emoción.
A los que algunas veces lanzan basura a este glorioso cuerpo, un intelectual así los describió: “los detractores ignoran a este glorioso cuerpo, la mejor infantería del mundo, y como siempre y en todas las épocas, desde sus poltronas llaman escoria de la sociedad a los que con su grandeza les lleva el derecho de morir por España. Son los que en el carnaval de la vida se creen que son alguien por los cargos o situación social, que es el dinero. Son los eternos enanos que en tiempo y espacio perdurarán, desgraciadamente, hasta la consumación de los siglos”.
Honor a los caídos, honor a los héroes.
Con ellos tenemos una gran deuda. Una responsabilidad que exige que no dejemos de luchar por una España que ellos defendieron con su vida y nos legaron.
Dicho lo cual, hay que recordar que Edchera fue una dura derrota frente al Yeis ("las bandas armadas" irregulares de Marruecos), consecuencia del desprecio al enemigo y del mal planteamiento de los mandos militares en la zona, tanto del Gobierno del Territorio como de la XIII Bandera: se adelantaron al inmediato desembarco de los refuerzos, no pidieron apoyo aéreo y cayeron en una trampa de libro.
Aprendamos de los errores y no los repitamos.
Ver: Sangriento combate en Edchera, Editorial Gallandbooks 2008
Es difícil expresar el momento donde decides defender tu patria, defender a tu Rey, defender a tu bandera, y proteger y nunca, nunca olvidar a tu compañero. El legionario no puede esconderse entre unos líderes políticos, porque nuestra política es defender a nuestro país, no dejar olvidado en una residencia, en la calle, a aquí legionario que un día juro lealtad a su país, y que por circunstancias de la vida ahora se muere de hambre, o lo peor sentirse olvidado. Viva la Legión, viva España, viva el Rey y viva mi bandera.
Un soldado como este, es un ejemplo de valentía, es un ejemplo a imitar. QUE EL ETERNO LO TENGA EN SU GLORIA, no me cabe la menor duda.
CON EL CORAZON "" VIVA ESPAÑA""
Desde mi mas sincera comprensión y desde lo mas profundo de mi corazón todos mis respetos para el C.L.el.morir en combate es el mayor honor y gloria que se pueda alcanzar como C.L que fui desde lanzo mi mas fuerte grito desde mi alma y corazón VIVA LA LEGIÓN VIVA EL REY Y VIVA ESPAÑA
Efemérides gloriosa la de nuestro héroe de guerra, en el centenario de nuestros tercios, El morir en el combate, es el mayor honor, no se muere más que una vez y la muerte llega sin dolor, lo más difícil es, morir siendo un cobarde.
Un honor ser y haber sido un CL, VIVA ESPAÑA, VIVA EL REY, VIVA LA LEGIÓN
No cabe ninguna duda, no hay ideología ninguna, solo defender la tierra q te vio nacer y todo lo q la rodea....sus gentes, sus pueblos, sus costumbres....sencillamente morir por lo que amas, unos pocos lo hacen aunque sepan q ue no van a tener el reconcimiento de toda la sociedad que la mayoria de las veces vive sumergida en la mas completa ignorancia, QUE MAS DA..
Mi marido tambien tomo parte rn la batalla de Edchera. Era oficial en la XIII Bandera Independiente de la Legión. Por su valor y entrega fue tambien recompensando cin la Cruz roja al merito militar. Al ascender a capitan, nis fuimos a Ceuta, a Garcia Aldave y alli estuvo muchos años. Se llamaba Alberto de Ochoa y Vazquez. Murio el 30 de agosto de 1970 en Montejaque. ( Ronda)